A mí no me gusta ir a la playa. En cambio casi me despeño cada día para llegar hasta la mía. Llegar a mi playa era un incordio. Ahora es fácil. Estoy en contra. Desayunar en la plaza del mercado de Jerez es una experiencia imbatible. Sobre todo por los churros. Pide un cuarto, mira y aprende.