303. La grasa que no se va por nada del mundo...
26 November 2025

303. La grasa que no se va por nada del mundo...

Puedes Hacerlo

About

Antes de empezar, quiero decirte algo importante. En este episodio voy a hablar de un concepto que viene de la descodificación biológica, uno de los pilares que uso en el acompañamiento que ofrezco, y que combinado con el trabajo de pensamientos, es una herramienta espectacular para crear cambios reales, cambios sostenibles y sí… resultados que van más allá del peso.

Si este tema es nuevo para ti, después de escuchar este episodio te invito a que vayas al episodio 268, "Descodificación biológica del sobrepeso". https://www.monicasosa.com/blog/268 Este episodio te va a dar muchísimo contexto.
Ahora sí… Y vamos al tema de hoy.

Quiero hablarte de esa grasa que no se va por nada del mundo. Esa grasa que se queda aunque haces dieta, aunque caminas, aunque te portas bien, aunque lo intentas una y otra vez. Esa grasa que te hace sentir: "¿Pero qué tengo?", "¿Qué me pasa?", "¿Por qué sigo igual?".
Y mira, te voy a decir algo: no estás rota. No es falta de fuerza de voluntad. Y no eres un caso perdido.

Quiero explicarte algo que pocas veces nos explican. Porque sí, desde la descodificación decimos que la grasa aparece para protegerte. Pero quiero darte también la parte científica, la que está comprobada, para que veas que esto no es algo mágico: es biología pura. Es tu cuerpo haciendo exactamente lo que fue diseñado para hacer.

Mira… cuando tú te sientes en peligro —y digo peligro entre comillas— puede ser un peligro real, pero también puede ser una crítica, un comentario, una expectativa muy pesada, un conflicto, una preocupación, o ese ataque silencioso que tú misma te haces frente al espejo. Tu cerebro no distingue. Para tu cuerpo, estrés es estrés.
Y cuando hay estrés, tu cerebro activa un sistema que se llama el eje del estrés, y se libera una hormona que ya conoces: el cortisol.

Y esto sí está completamente comprobado: el cortisol aumenta el apetito, te da más antojos, guarda más grasa como reserva, baja tu gasto energético, te pone en modo ahorro y frena la quema de grasa. ¿Por qué? Porque para tu cuerpo, si hay peligro, necesitas energía para sobrevivir. Y la forma en que el cuerpo guarda esa energía es acumulando grasa. Así funciona la biología humana desde siempre.

Entonces, lo que desde la descodificación llamamos "protección", la ciencia lo llama "respuesta de estrés". Y en tu vida diaria se siente como: "Por más que intento… no bajo."

Y aquí viene lo fuerte. Muchas veces, el estrés no viene de afuera. Viene de adentro. Tú te miras al espejo y empiezas a atacarte: "Qué horror", "Otra vez igual", "No puedo con esto", "Estoy mal".
Y quiero que lo escuches así: si tu cuerpo produce grasa porque siente que hay peligro, y tú eres quien lo está atacando, tu cuerpo se siente aún más amenazado. Y guarda más.

Y ahí entramos al ciclo de nunca acabar: me critican o me siento juzgada; mi cuerpo activa la respuesta de estrés; guarda grasa para protegerme; yo me veo al espejo; me ataco; más estrés; más grasa; me refugio en la comida; más culpa; más estrés; más grasa.
Y acabo agotada, triste, frustrada y sin entender qué más hacer.

Y no, no es porque no puedas. Es porque nadie te había explicado esto así.

Entonces, ¿cuál es la salida?
La salida no es controlarte más. No es castigarte. No es buscar la dieta perfecta. La salida es hacer consciente lo que antes era automático, bajarle al ataque interno, darle a tu cuerpo señales de seguridad y hablarte desde tu nueva yo.
Cuando tu cuerpo se siente a salvo, cuando tú dejas de mandarle señales de guerra, cuando cambias ese diálogo interno… entonces sí: puedes comer mejor, puedes moverte mejor, puedes descansar mejor.
Y tu cuerpo finalmente estará listo para soltar grasa. ¿Por qué? Porque ya no la necesita para protegerte.

Quiero dejarte un ejercicio simple, pero profundamente poderoso.
Escoge una parte de tu cuerpo donde sientas que tienes más grasa o la parte que más has criticado. Solo una. Cada día, por veinte segundos, pon tus manos ahí y dile una frase amorosa. Algo como: "Gracias por protegerme", "Estoy a salvo", "Puedes ser ligera", "Estoy contigo".
Dale amor. Dale seguridad. Dale presencia. Y observa lo que empieza a cambiar.

Lo que te comparto hoy es solo una partecita de lo que trabajamos en Más Allá del Peso.
Si este episodio te hizo decir: "Dios mío, soy yo", "Esto tiene sentido", "Esto explica tanto", entonces quiero invitarte a unirte a la Lista VIP, aquí tienes el enlace:
https://www.monicasosa.com/primerafila

Te mantendré al tanto, y sabrás antes que nadie cuando abramos puertas, cuando abriremos las puertas de Más Allá del Peso. Estaré encantada de acompañarte en tu camino. 

Vive espectacular.
Con mi cariño, 
Tu coach Mónica