Música para Gatos
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Música para Gatos es un programa dedicado íntegramente a uno de los géneros musicales más complejos e inspiradores que ha dado el mundo de la música, el jazz en todos sus formas. En el tejado, que así denominamos cariñosamente a nuestro espacio dada nuestra condición gatuna, hablaremos de jazz, pero también de fusion jazz, funk, soul, blues, samba, bossanova, rhythm & blues, latín jazz y de todas las combinaciones posibles entre ellos, con la mente abierta y sin ningún complejo. En realidad creemos que solo hay dos tipos de música, la buena y la mala y aunque Duke Ellington aseguraba que a él le gustaban las dos, nosotros nos vamos a inclinar por el buen jazz de todos los tiempos. Además nos gusta hablar de los músicos, explicar sus anécdotas, comentar su legado y contextualizar su música y sus influencias. Pretendemos que el programa os de mucha información que os permita investigar y con ello generar nuevos campos de conocimiento dentro de este océano apasionante al que llamamos jazz. Esperamos que lo disfrutéis.
VINILOS PARA GATOS - Ep. 1 - City Tribes (1995) de Charles Fambrough
23 February 2021
VINILOS PARA GATOS - Ep. 1 - City Tribes (1995) de Charles Fambrough
A partir de hoy vamos a alternar nuestros programas habituales de Música para Gatos con otros que serán cápsulas de tan sólo 20 minutos dedicadas a un único vinilo de forma exclusiva.
Nuestra idea es acercar un trabajo que haya gozado de poca difusión y que creamos que vale la pena reivindicar desde el tejado y nuestra primera propuesta es City Tribes, un larga duración del año 1995 firmado por un extraordinario bajista que se llamó Charles Fambrough. Esperemos que os guste esta nueva formula y os invitamos a que nos deis vuestras impresiones.

Discografía completa como lider de Charles Fambrough

1991 "The Proper Angle" CTI Records (Creed Taylor, Inc.)
1992 "The Charmer" CTI Records (Creed Taylor, Inc.)
1993 "Blues at Bradleys Live" CTI Records (Creed Taylor, Inc.)
1995 "Keeper of the Spirit" Records Audioquest
1995 "City Tribes" Evidencia
1997 "Upright Citizen" Records NuGroove
2002 "Charles Fambrough Live at Zanzibar Blue" Random Chance


TRACKS

1-Canto de Guebra (DaSilva, Fambrough)
2-The Hunt (Fambrough)
3-Add a Lesson (Fambrough)
4-Dolores (Shorter)
5-Alligators (OConnell)
6-Irish Lullaby (OConnell)
7-Laura Marie (Swana)
8-Past Time (Fambrough)
9-City Tribes (Fambrough)

CREDITS

Charles Fambrough Bass (Electric), Producer, Bass (Acoustic)
Bill O'Connell Keyboards
Craig Handy Clarinet (Bass), Sax (Soprano), Sax (Tenor)
Café Percussion, Conga, Timbales, Berimbau, Tympani
Ricky Sebastian Percussion, Drums
Marlon Simon Percussion, Conga, Timbales, Vocals, Tympani
John Swana Trumpet
Dave Valentin Flute
Música para Gatos - Ep. 84 - MASTERPIECES (4): Weekend in L.A. (1977) de George Benson
12 February 2021
Música para Gatos - Ep. 84 - MASTERPIECES (4): Weekend in L.A. (1977) de George Benson
El 30 de septiembre de 1977 la sala Roxy de la ciudad de Los Ángeles se disponía a acoger una serie de tres conciertos que se ofrecerían durante 3 noches consecutivas y que correrían a cargo de la banda de una nueva estrella del jazz, George Benson, un guitarrista que el año anterior había sorprendido con un larga duración realizado con esa misma banda, un disco llamado Breezin’ y que en muy poco tiempo se había convertido en uno de los discos más vendidos de la historía del jazz. Breezin’ catapultó a Benson y consiguió además que le fueran reconocidas sus habilidades como vocalista gracias a un tema de Leon Russell que se llamó This Masquerade y que contenía también un delicioso y original solo de piano del argentino Jorge Dalto. En febrero de 1977 aparecía otro trabajo de Benson y un nuevo éxito, In Flight. Ambos LPs estaban producidos por Tommy Lipuma, mezclados por Al Schmitt y arreglados por el alemán, Claus Ogerman.

La sala Roxy había abierto sus puertas unos pocos años antes, en el año 1973, y había acogido a numerosos artistas prometedores. Neil Young grabó su Roxy: Tonight’s is the Night en 1973. The Crusaders grabaron Scratch on the Roxy en 1974. Ese mismo año Frank Zappa and The Mothers of Invention realizaban su Roxy and Elsewhere. Bob Marley and the Wailers hicieron lo propio con Live at the Roxy grabado en ese local en febrero de 1977, el mismo año que el disco que os presentamos hoy.

En esos momentos en EEUU estaban sucediendo cosas importantes. La Guerra de Vietnam había acabado poco más de un año antes. Jimmy Carter acababa de llegar a la presidencia del país. La Nasa acababa de lanzar el Voyager 2 y conseguía también que el transbordador espacial Enterprise despegara desde un Boing 747 y planeara con éxito. Acababa de morir Elvis de un ataque al corazón y se había estrenado La Guerra de las Galaxias con un éxito sin precedentes.

Ese 30 de septiembre de 1977 George Benson iba por Sunset Boulevard en una limosina que le conducía al Roxy Theatre. El tráfico era, como casi siempre, infernal. En en Roxy le esperaba su banda al completo, compuesta por Jorge Dalto en el piano y teclados, Ronnie Foster en teclados, Harvey Mason en la batería, Stanley Banks en el bajo, Ralph McDonald en la percusión, Phil Upchurch en la guitarra rítmica y George Benson en guitarra y vocales. Una conjunción de músicos de muy elevado nivel y una de las más grandes bandas del jazz de todos los tiempos. También estaba ahí el productor, Tommy Lipuma, algo inquieto por saber cómo se iba a llamar el trabajo. Lo normal en esos años era que su título fuera George Benson Live at Roxy pero creyeron que Weekend in LA daba la sensación de que un acontecimiento único estaba a punto de suceder. En la audiencia, compuesta mayormente por gente del mundo del espectáculo se encontraban algunos pesos pesados de la industria musical como Aretha Franklin, Minnie Ripperton, Natalie Cole, Tom Scott, Leon Russell y también actores cono Keith Carradine o David Soul, que en esos momentos era Hutch en la mítica serie Starsky y Hutch. El resultado fue una noche mágica que consiguió emocionar a todos los presentes y que estuvo impregnada de una sensación de esperanza y cambio. Llegaban los 80s.

Hoy vamos a hablar de uno de los directos más brillantes de la historia del jazz por mucho que ese comentario moleste a los puristas, nada más y nada menos que el Weekend in L.A. de George Benson. Weekend in L.A. contiene clásicos de la talla de On Broadway, versionado poco después por la banda del gran Tito Puente también con Dalto en su formación; Down Here On The Ground, una revisión del tema de Lalo Schiffrin que supera con mucho el original; Lady Blue, dedicado a Billie Holiday y compuesta por Leon Russell o We All Remember Wes, escrita por Stevie Wonder para recordar a Benson que él no era el único que echaba a faltar a Wes Montgomery. O la inspirada Ode to Kudu que demuestra la enorme técnica y dominio de la guitarra de Benson y que como Weekend in L.A., fueron compuestas por Benson para la ocasión o It's All in the Game, una preciosa canción de Charles Dawes y Cal Sigman que incluye un delicado sólo de piano de nuestro admirado Jorge Dalto. En definitiva, una auténtica Masterpiece que nos ha apetecido mucho traer a Música para Gatos.
Música para Gatos - Ep. 83 - Versiones de Jobim: cuando la bossa se mezcló con el jazz.
05 February 2021
Música para Gatos - Ep. 83 - Versiones de Jobim: cuando la bossa se mezcló con el jazz.
Antonio Carlos Brasileiro de Almeida, más conocido como Antonio Carlos Jobim fue un extraordinario compositor, pianista, cantante, ocasional flautista y guitarrista brasileño nacido en Río de Janeiro el 25 de enero de 1927. Las raíces de su música se reparten entre el jazz, personificado en sus admiradas grabaciones de artistas procedentes del cool, como Gerry Mulligan, Chet Baker o Barney Kessel y la samba cançao, estilo que predominó en la cultura brasileña en los años 40 y 50 y que proporcionó a su música un original ritmo siempre presente. Además, el mismo Jobim apuntó que el compositor impresionista francés Claude Debussy, Maurice Ravel y Chopin tuvieron también na influencia decisiva en sus armonías.

El primer contacto de Jobim con la música sucedió casi por casualidad, cuando sus padres decidieron comprarle un piano a su hermana mayor Helena. Ella prácticamente no se acercaría al instrumento pero al joven Tom ese elemento extraño, capaz de emitir bellos sonidos, le sedujo de tal forma que ya no sería capaz de apartarlo de su vida. Jobim intentó seguir el camino que sus progenitores habían pensado para él. Estudió arquitectura e incluso comenzó a dedicarse a ese oficio, pero era un hombre de acción y no le divertía la idea de pasarse varias horas encerrado en una oficina. A los veinte años la llamada de la música se hizo demasiado poderosa, decidiendo abandonar los despachos para dedicarse a tocar el piano en nightclubs de la zona de Rio. Jobim tenía talento y al poco ya se encontraba trabajando en la mítica discográfica Odeon como director artístico. Hizo su primera grabación en 1954, como líder de Tom e a sua Banda, acompañando al cantante Bill Farr . Pero su primer gran éxito no le llegaría hasta 1956 cuando, junto con Vinícius de Moraes, elaboró parte de la música de una obra teatral llamada Orfeo da Conceição, que más tarde se convertiría en la película Orfeo Negro, toda una revolución que se alzaría con la palma de oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes.

Es en 1958 cuando Jobim produce para Odeon un disco de la entonces famosa cantante de samba-cançao llamada Elisete Cardozo. Los créditos del trabajo incluían a Joao Gilberto, entonces un perfecto desconocido, y al propio Jobim como pianista. Gilberto participaría en dos de los cortes, Chega de Saudade y Outra Vez. En ambos temas aparecería la famosa y característica batida de guitarra, pero sólo uno de ellos fue grabado de nuevo al año siguiente ya en un disco de Gilberto que llevaría por nombre, "Chega de Saudade", en el que además de la guitarra también podíamos oír la voz de Joaozinho, cosa que fue de vital importancia para convertir al tema en una referencia del movimiento. La voz y la guitarra de Joao Gilberto y el piano de Jobim darían el punto justo para la creación de un nuevo estilo que se venía cocinando desde hacía más de una década.

Jobim es, además, el artista que internacionaliza la bossanova. Su éxito fuera de Brasil comenzó a fraguarse en 1962 cuando Stan Getz consigue un sorprendente éxito con su tema Desafinado en la mítica grabación "Getz-Gilberto" en la que colaboraba Joao y que lanzó al estrellato a su joven esposa Astrud. Un año después, Jobim y varios músicos brasileños más fueron invitados a participar en un espectáculo que presentaba la bossanova en uno de los grandes escenarios americanos, el Carnegie Hall. Allí se produjo el estreno internacional de uno de los temas referenciales del movimiento, Garota de Ipanema, rebautizada, como no, por los norteamericanos como The Girl from Ipanema presentada un año antes en el local Bon Gourmet de Rio de Janeiro como parte de un espectáculo protagonizado nada menos que por Joao Gilberto, Vinicius de Moraes y el propio Antonio Carlos Jobim . Garota de Ipanema fue uno de los últimos temas que compondrían juntos Jobim y Vinicius. Poco después Tom se mudaría a New York para seguir con su carrera musical mientras que De Moraes sería destinado de nuevo a Paris dónde continuaría con su labor diplomática. Siguieron siendo amigos y mantuvieron su costumbre de conseguir que las reservas de scotch whisky se agotaran en cada uno de sus encuentros pero ya nunca más volverían a colaborar. En cualquier caso Garota de Ipanema ya había conseguido convertir a la bossanova en un fenómeno de dimensiones planetarias.

Hoy vamos a hablar de una de las grandes figuras de la música de todos los tiempos, Antonio Carlos Jobim. Y vamos a analizar algunas grandes versiones que se han hecho de sus temas.
Música para Gatos - Ep. 82 - ESPECIAL DRUMMERS: Los amos del ritmo.
28 January 2021
Música para Gatos - Ep. 82 - ESPECIAL DRUMMERS: Los amos del ritmo.
En los primeros tiempos del jazz la batería se limitaba a marcar el pulso haciendo funciones de simple metrónomo. No habían solos y el baterista solía ser el músico menos preparado de cualquier banda. De esos primeros bateristas podemos mencionar a Zutty Singleton, natural de Bunkie, y Baby Dodds, nativo de Nueva Orleans, que tocó con King Oliver y con los Hot Seven de Louis Armstrong. Ambos bateristas eran de Luisiana y trabajaban con los músicos de Nueva Orleans. Dodds fue el primero en ejecutar breaks del estilo de redobles que marcaban el final de una sección del número musical y que serían el inicio del posterior desarrollo de los solos.

Fue en Chicago donde la batería adquiriría una mayor relevancia, especialmente tras la fulgurante aparición de Gene Krupa. Krupa llegó a establecerse en la cumbre del período del swing con la memorable interpretación por la orquesta de Benny Goodman de la pieza Sing, Sing, Sing (With a Swing), en la que hacía un largo solo de batería.

Poco más tarde Jo Jones innovó trasladando la atención desde el bombo al hi-hat, una herencia que acabarían recibiendo bateristas tan importantes como Buddy Rich y Louie Bellson.

El creador del estilo moderno en la batería de jazz es, sin duda Kenny Clarke. El perfil de un bateria desde entonces será el de un músico con formación académica completa que suele poder tocar otros instrumentos, leer música y hasta hacer arreglos, y que ya no es el miembro menos preparado de la banda, sino, frecuentemente, el más conocedor. Poco más tarde Max Roach perfecciona el estilo de Clarke, aportando nuevas técnicas. Roach fue el primer baterista en tocar líneas melódicas perceptibles con su instrumento, a menudo en respuesta a los solos y ejecuciones de sus compañeros, liberando con ello a la batería de su papel de mero instrumento rítmico y ampliando su campo a los ámbitos de la armonía y la melodía; también fue Roach el primero en demostrar que el swing podía tener lugar en compases diferentes del 4/4.

A partir de los 50s aparece Art Blakey, que había empezado como pianista. Blakey fue uno de los primeros bateristas en investigar las raíces africanas del jazz, y las incorporó a su estilo, de fuerte inspiración en el bop. Fue gran divulgador del mundo del jazz en los escenarios con sus famosos Jazz Messengers.

Desde 1956 hasta 1967, Joe Morello cobró fama por el trabajo que hacía en el cuarteto de Dave Brubeck, en especial sus experimentos con métricas inusuales.8 .

De Blakey y Roach proceden los principales bateristas de la era del hard bop, como Art Taylor, Louis Hayes, Dannie Richmond, Pete La Roca, Roy Haynes, Albert Heath y, aunque llegaría mucho más allá de los límites de ese género, Elvin Jones, tal vez el baterista más imitado de la historia junto a Max Roach.

Entre los bateristas de la escena de Nueva York que desarrollaron un estilo moderno del swing destacan Buddy Rich, el ejemplo paradigmático de técnica virtuosa o Louie Bellson, que introdujo el doble bombo en la orquesta de Duke Ellington. En la Costa Oeste se desarrolla un estilo diferente: Shelly Manne es el prototipo de baterista melódico; por su parte, Chico Hamilton, miembro fundador del cuarteto de Gerry Mulligan, comenzó en el cool antes de pasarse al jazz fusión.

Tony Williams alcanzó notoriedad aún siendo un adolescente, primero con Jackie McLean, y después con Miles Davis, con quien grabaría algunos álbumes que pasarían a la historia como parte del segundo quinteto clásico de Davis. Después fundó su propia banda: The Tony Williams Lifetime. Williams era capaz de competir con los mejores exponentes del instrumento, y su estilo, derivado de los de Kenny Clarke y Max Roach, era original y extremadamente potente.

Entre los bateristas más importantes de la corriente principal contemporánea que surgieron desde finales de los 60 en adelante, hay que citar a Billy Hart (n. 1940), Narada Michael Walden, Victor Lewis, Eddie Gladden, Al Foster, Don Alias, Jeff Hamilton, Paul Motian, Joe LaBarbera, Elliot Zigmund, Michael Di Pasqua, el noruego Jon Christensen, el sudafricano Makaya Ntshoko o el polaco Janusz Stefanski.

La llegada del jazz fusión a principios de los 70 devuelve en cierta forma la batería a sus comienzos: el énfasis en el bombo y la necesidad de marcar el primer tiempo del compás con claridad son aspectos que retoman una nueva generación de bateristas entre los que destacan el ya mencionado Tony Williams y, además, Alphonse Mouzon, Steve Gadd, Peter Erskine, Harvey Mason, Lenny White, Jack DeJohnette, Gerry Brown, Leon "Ndugu" Chancler, John Guerin, Billy Cobham o Danny Gottlieb.

A partir de los 80, hay que señalar a Brian Blade, Terry Lyne Carrington, Jeff "Tain" Watts, Omar Hakim, Dave Weckl o Dennis Chambers.

Hoy os vamos a hablar del único instrumento genuinamente norteamericano, la batería y hemos creído oportuno comenzar por el principio. Agarraos los cinturones que hoy vamos a escuchar a los amos del ritmo.
Música para Gatos - Ep. 80 - La magia del directo (3)
12 January 2021
Música para Gatos - Ep. 80 - La magia del directo (3)
Antes que nada queríamos felicitar a todos los gatos de este tejado jazzero. Feliz 2021 amigos. No hace falta comentar que el pasado año se lo ha puesto fácil a este que comenzamos. Resultará realmente dificil superar todo lo malo que nos ha traído el maldito 2020. No obstante mejor no nos emocionemos demasiado ya que la pandemia sigue en plena forma, la mobilidad sigue siendo reducida, las tiendas siguen cerradas, el mundo de la cultura está sufriendo y seguimos sin poder asistir a cines, teatros y salas de concierto. El covid sigue maltratando a una sociedad que cada vez está más falta de todo. Dadas las circunstancias hemos pensado que lo mejor que podemos hacer desde el tejado para iniciar el año es acercaros uno de aquellos programas a los que solemos llamar La Magia del Directo. Una colección de brillantes temas como siempre procedentes de todos los rincones del jazz pero que tienen la particularidad de haber sido grabados en riguroso directo cosa que permite apreciar con facilidad la calidad de los músicos que al contrario de lo que sucede en el Estudio tienen tan solo una toma para convencer a los asistentes de las bondades de su música. Os recomendamos que busqueis un lugar cómodo, cerreis los ojos y escucheis. Si le ponemos algo de buena voluntad y un pelo de imaginación seguro que podremos recordar muchos maravillosos momentos que esperamos puedan volver a repetirse muy pronto. Si no fuera así siempre nos quedará este humilde tejado que ya es también vuestro. Feliz año compañeros.