Existe en el estado de Hidalgo, en el norte de la Ciudad de México, un lugar donde en el pasado fue un paraíso y que se ha convertido en un verdadero infierno para sus habitantes. Las aguas de la presa y los pozos están completamente contaminadas con altos niveles, por ejemplo, de mercurio, arsénico o plomo. Las autoridades lo saben, pero han ignorado completamente a la población durante lustros con un resultado dramático, la explosión de enfermedades como el cáncer.
Este desastre medioambiental y sanitario es el tema que se ha llevado este año el Premio Breach/Valdez de Periodismo en la categoría de Derechos Humanos, un premio que da la Embajada de Francia con otros actores como la ONU. La investigación lleva como título ‘Los Olvidados de Hidalgo. Cáncer, contaminación y aguas residuales’ y su autor es Carlos Carabaña, periodista español de Focus, la unidad de investigación de N+ de Televisa-Univisión.
“Es un honor recibir un premio, pero en este caso también es una responsabilidad porque te lo dan con el nombre de dos personas, que son dos referentes para el periodismo en la zona y entonces tienes que intentar estar a la altura de las circunstancias”, dice Carabaña, primer no mexicano que gana este premio que rinde homenaje a Miroslava Breach y Javier Valdez, asesinados en 2017.
Carabaña comenzó a investigar sobre la presa de Endhó por los fuertes casos de sequía, pero cuando fue a la zona descubrió este desastre. “Decidimos que era un tema que merecía mucho ser tratado aparte, y con una gran precisión y mucha lupa porque vimos que era realmente complejo”, nos explica el periodista de investigación.
“Esto era un paraíso y ahora es una zona de devastación ecológica. Aquí nos llega toda el agua negra de todos los sitios de la Ciudad de México y pues lo único que tenemos son enfermedades y pobreza”, dice en el reportaje uno de los testimonios que acompañan las imágenes demoledoras del estado del agua de la presa y las historias dramáticas de sus vecinos, víctimas de enfermedades mortales como el cáncer, a causa de la contaminación.
En diez años se triplicaron los casos de cáncer
Y es que 326 millones de metros cúbicos de aguas residuales llegan por año a esta presa. “Es una historia de abandono”, afirma Carabaña. Una historia que comienza con la decisión del Gobierno de Miguel Alemán de construir una presa en los años 40. Para ello, el pueblo que estaba en el centro del valle es reubicado en las riberas.
“Al principio, era hasta incluso turístico, un sitio muy bonito”, dice el periodista. Sin embargo, en los años 70 se tomó una decisión fatal para la población.
“Esa decisión fue derivar hacia esa presa las aguas residuales de la Ciudad de México, de todos los corredores industriales de esa zona, que son muchísimos, los hospitales, una refinería y una termoeléctrica”, explica. El resultado es un verdadero vertedero que ha dado lugar a una grave contaminación y lo peor de todo es que esa contaminación se filtró a los siete pozos de agua potable.
“Hay una retahíla enorme de enfermedades, pero la más grave es que los cánceres en la zona están disparados. Tú vas andando por el pueblo y te dicen aquí esta persona murió de cáncer, su padre también tenía, su hermano lo tiene y pasa en todas las casas. Lo que encontramos nosotros con documentos oficiales es que se había triplicado los casos de cáncer por encima de la media de México en la zona en los últimos diez años”, denuncia Carabaña.
Plantas potabilizadoras que nunca llegaron a funcionar
En este reportaje presentan documentos oficiales, análisis que mostraban la contaminación y durante décadas no se hizo nada. Todas las administraciones lo sabían, pero abandonaron a los ciudadanos. Ya en 2007 estaban al corriente de la presencia de arsénico en el agua potable.
“Son unos análisis de la Conferencia de la Autoridad Sanitaria Local con elevados índices de arsénico en el agua potable de la gente, en el agua que reciben en sus casas. En 2010, tenemos unos primeros análisis que ya hablan de pozos contaminados y en 2018 tenemos otros análisis más completos de los siete pozos de agua que están contaminados y todos estos documentos se hicieron llegar al entonces gobernador Omar Fayad”, precisa.
Fue a partir del informe sobre los pozos que se instalaron cinco plantas potabilizadoras. Las autoridades las inauguraron y parecía que el problema se había solucionado, pero no. “Cuando empezamos a investigar nos dimos cuenta de que ninguna de las cinco plantas llegó a funcionar. Obtuvimos los inventarios de las plantas, del material que tenían. No tenían casi nada. Luego hicimos una visita a las plantas. A las cinco vimos que estaban cerradas, que no había químicos. Incluso en las válvulas encontrabas telarañas”, afirma.
La repercusión del reportaje de Carabaña llevó a AMLO a firmar un decreto
Antes de dejar su cargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó un decreto para declarar una zona de restauración ambiental, se trata de 35.000 hectáreas. “El gobierno mexicano ahora tiene la obligación legal y vinculante por un decreto presidencial de arreglar la zona”, explica Carabaña.
Una victoria para los pobladores que han protagonizado protestas durante lustros para que las autoridades hicieran algo, y también una victoria para los periodistas de investigación. “Nosotros les dimos apoyo, digamos, haciendo una presión mediática al respecto”, dice.
El decreto lo va a tener que aplicar la nueva Administración de Claudia Sheinbaum. Tienen ocho meses para redactar un plan con un presupuesto y puntos detallados con la idea de devolver a esta zona las condiciones similares a la contaminación. Habrá que tener paciencia para ver los resultados ya que el Gobierno tiene 12 años para ejecutarlo.
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Un programa coordinado por Florencia Valdés, realizado por Yann Bourdelas y Steven Helsly.