Feminicidios en México: el combate sin fin de Norma Andrade
05 March 2025

Feminicidios en México: el combate sin fin de Norma Andrade

Escala en París
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Estamos en el 2001 en el epicentro del feminicidio en México: Ciudad Juárez. Norma Andrade acaba de perder a su hija Lilia Alejandra, menor de edad, madre de dos pequeños y trabajadora en una maquila. Pocos días después de su desaparición, se encuentra el cuerpo de Lilia Alejandra con rastros evidentes de tortura y violencia sexual. La vida de Norma se derrumba, pero no se conforma con la versión de la policía. Al investigar, pone el dedo en un engranaje de corrupción y de violencia que llega hasta las más altas esferas políticas. Casi 25 años después y dos intentos de asesinato más tarde, Norma sigue exigiendo justicia. La periodista Brigitte Leoni cuenta esta historia en el libro ‘Mientras yo grite, mi hija seguirá viva, el combate de una madre contra las violencias en México’ publicado en la editorial l’Harmattan, y en un documental “Norma”.   

Siendo reportera en México, Brigitte Leoni conoce a Norma Andrade en el 2001, cuando Ciudad Juárez, en el norte de México, se convierte en el escenario de asesinatos en serie de jóvenes mujeres trabajadoras. Desde entonces, la periodista ha seguido su combate, ya que su historia es “la historia de miles de madres que intentan saber lo que sucedió a sus hijas que fueron desaparecidas o matadas”. Según estadísticas oficiales, en México al menos 11 mujeres son víctimas de feminicidio en México cada día.

Para la autora del documental ‘Norma’ es fundamental hablar de estas madres porque si no “nadie las escucha” y nadie entiende la carga que llevan a cuestas porque “no solamente sufren del dolor de perder una hija, pero además están acosadas por los gobiernos y por muchas personas que no quieren que ellas sepan la verdad. Hay que hablar de estas mujeres porque sin ellas, si no gritan, nadie va a saber nada de sus hijas”. 

Lilia Alejandra, la hija de Norma Andrade, desaparece un 14 de febrero, sus familiares se movilizan en todo Juárez. En ese momento, esa ciudad fronteriza con Estados Unidos está viviendo una transformación con la masificación de las maquilas y el incremento de la actividad criminal.

Tras varios días de búsqueda aparece el cuerpo de Lilia Alejandra, no muy lejos de un centro comercial. Ante la insistencia de la madre, la policía finge investigar hasta condenar a alguien que no tiene nada que ver con el caso. Pero gracias a su empecinamiento y a la ayuda de abogados se entera de que su hija estuvo viva durante varios días y la policía no la buscó.

De víctima a activista

Con una familia en duelo, con dos nietos huérfanos a su cargo y un esposo sumido en la depresión, Norma Andrade crea una asociación de madres de víctimas, va a Estados Unidos y a Europa a denunciar su caso. Aprende a gritar. Norma pasa entonces de ser víctima a activista.

Pero el precio del activismo es muy alto: amenazas, empobrecimiento, problemas de salud. En el 2011 sufre un atentado en su ciudad natal y se refugia en la capital mexicana, donde fue víctima de otro ataque en 2012. El Estado mexicano que le niega verdad y justicia también asegura su protección. Durante todos estos años varios países le han ofrecido asilo, pero nunca ha aceptado.

A pesar del peligro, Norma Andrade continúa y obtiene evidencia contundente para saber por fin quién mató a su hija. Sus abogados “tomaron de nuevo las evidencias que el gobierno había guardado, encontraron un ADN de una persona que probablemente es una de las cuatro personas que mataron a su hija y esta persona misma ya mató a cuatro personas más. Pero necesita un juez para identificar el ADN que tiene con un banco de datos y todavía no está permitido en su caso”, recuerda la autora de ‘Mientras yo grite, mi hija seguirá viva, el combate de una madre contra las violencias en México’.

Desde ese 14 de febrero del 2001, Norma Andrade se ha topado contra una pared de impunidad. En el caso de los feminicidios de Juárez, la hipótesis sobre la identidad de los autores apunta a una colusión entre las autoridades locales, los poderosos de la ciudad y los narcos que van y vienen entre el norte y el sur “por diversión”.

“Las matan porque pueden”, denuncia Norma Andrade en el documental que le dedica Brigitte Leoni. Otra hipótesis que fue muy cuestionada: el asesinato en serie. Todas las víctimas eran jovencitas, muchas veces menores de edad, con características físicas similares y trabajadoras de maquilas.

México, pionero en la lucha contra los feminicidios

Desde entonces, México se ha dotado de instrumentos, mecanismos de alerta, de instituciones. Y todo esto surge precisamente con el caso del “Campo Algodonero” en Ciudad Juárez, que significa es un antes y un después, inclusive en el caso de Norma. La Corte Interamericana de Derechos Humanos emite un fallo sobre la responsabilidad del Estado mexicano por la falta de diligencia en el caso de tres mujeres que fueron víctimas de feminicidio en Juárez. “Es lo que permitió integrar el concepto de feminicidio dentro del Código Penal en México y eso fue algo muy importante”, recuerda Brigitte Leoni.

Ahora Norma Andrade está a las puertas de otra decisión histórica: “Ha tenido que esperar como más de diez años solamente para que su caso vaya a la Corte Interamericana. Ella va a tener una audiencia en abril de este año y probablemente al final del año. El año próximo vamos a tener la sentencia y la sentencia va a condenar al Estado mexicano”.

Lo que espera la activista es que también sus nietos reciban compensación y atención porque otro de los combates de Norma es el reconocimiento de las víctimas colaterales que son todos los huérfanos que dejan los feminicidios. 

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Un programa coordinado por Ana María Ospina y Florencia Valdés. Realizado por Souheil Khedir y Vanessa Loiseau.