El reino animal se automedica y tiene mucho que enseñarnos
04 September 2024

El reino animal se automedica y tiene mucho que enseñarnos

Escala en París
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Sanar un resfriado o curar una herida no es una habilidad exclusivamente humana. Un sinnúmero de animales recurren a las plantas como si fuera una farmacia para enfrentar su día con día salvaje. Se trata de la la zoofarmacognosia. De esta práctica los humanos tenemos mucho que aprender ya que en las moléculas de las plantas se esconden remedios valiosos, inclusive en cancerología. Aïna Queiroz es bióloga investigadora en biomimética y dedica una parte de su trabajo a esta sútil relación entre los animales y las plantas.

Los investigadores que se  dedican a la zoofarmacognosia todavía no terminan de determinar cómo se aprenden esos saberes, o sea si se transmiten directamente dentro de la familia, si se han integrado con la evolución de las especies o si es un poco de los dos. Lo que sí es seguro es que los humanos imitamos a los animales cuando intentamos aprovechar la riqueza de las plantas en el campo de la medicina y de la cosmética.

La científica Aïna Queiroz se apasiona desde pequeña por "todas las formas de vida, bacteria, plantas, animales". Y ahora como bióloga especializada en biomimétrica puede combinar "creatividad científica con miles de millones de años de evolución y al final biomimética es buscar inspiración en la naturaleza para solucionar problemas humanos", nos cuenta.

Todo empezó observando monos capuccino en Brasil y no es una casualidad porque los primates pueden curarse con las plantas que tienen a su disposición: "Esta conexión entre primates y plantas evidencia una larga historia de coevolución. Es cuando dos formas de vida cambian juntas con el tiempo, o sea, las plantas y los animales".

Se ha establecido en el parque nacional de Kibale en Uganda que los chimpancés se pueden curar una tos o problemas gastrointestinales. Pero, para llegar a esta conclusión, son años de observación porque "anotamos cómo y cuándo comen las plantas ; si la comen solo cuando están enfermos es una pista y si se curan, lo confirma. También miramos la cantidad. Una dosis pequeña es un otro indicio y el sabor también es importante porque si es amargo y lo comen igual, creemos que puede ser para un uso medicinal".

Las estrategias brillantes de los animales

Tendemos a concentrarnos en los simios porque somos muy similares. Lo que permite acelerar la investigación en humanos, pero no son los únicos animales. Existen muchos ejemplos de zoofarmacognosia. Aïna Queiroz lo detalla en el libro 'El animal médico'. Los borregos, las mariposas e incluso los peces tienen también la capacidad de buscar en su entorno alivio a sus males.

Los osos recurren por ejemplo a una planta, que usan como "pasta con la raíz y la saliva y la aplican en su pelaje con la pata saliendo de la hibernación y es también para repeler insectos y aliviar picaduras", nos cuenta.

El mundo acuático no se queda atrás: "Hay peces que tienen una estrategia médica fantástica. Por ejemplo, algunos se frotan contra la piel áspera de los tiburones para exfoliarse y eliminar parásitos. Otro peces también comen algas que los protegen del sol, como un protector solar natural".

Una posibilidad infinita de hallazgos

Estos hallazgos despiertan la curiosidad de la comunidad científica que, durante mucho tiempo, había ninguneado el mundo de las plantas. Ahora se sabe que las plantas y los árboles " se comunican " y pueden ser la clave en muchos tratamientos oncológicos.

Pero este interés botánico también viene con riesgos para la biodiversidad. En el caso de la Amazonía, laboratorio a cielo abierto por excelencia, se plantea la problemática de la biopiratería.

"Primero es fundamental trabajar mano con las comunidades locales. Ellas conocen las plantas desde hace muchas generaciones y es crucial que se beneficien también de cualquier descubrimiento. Segundo, la toma de muestras debe ser cuidadosa para no dañar la biodiversidad local. Tercero, también es posible producir compuesto en laboratorio para reducir la presión sobre el ecosistema y porque la conservación de la biodiversidad amazónica es crucial para futuros descubrimientos. Cada especie perdida podría llevar consigo la solución para tratar problemas", concluye Queiroz.

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Un programa coordinado por Melissa Barra, realizado por Souheil Khedir y Vanessa Loiseau.