Un buque militar venezolano vuelve a prender la chispa de la disputa que entre Venezuela y Guyana en un contexto geopolítico mundial cada vez más tenso. Hace unos días, el presidente guyanés denunció la incursión de este barco en sus aguas, lo que niega Caracas, mientras prepara elecciones, en mayo, de gobernadores en ese territorio. Se trata de la Guyana Esequiba, una zona, “en reclamación” entre ambos países. Un episodio más de un pulso muy antiguo sobre el trazado de una frontera en una región rica en minerales, en la que Estados Unidos y empresas privadas también velan por sus intereses.
Desde diciembre del 2023, momento en que se rozó el enfrentamiento entre Guyana y Venezuela por este territorio disputado, ambos países no han vivido un momento tan tenso. Estamos hablando de una zona de 160.000 km² administrada por Georgetown, pero reclamada por Venezuela en el flanco este del país. Se trata igualmente de un vasto territorio marítimo.
A pesar de las denuncias de las autoridades de Guyana, Caracas sostiene que organizará elecciones de gobernadores ahora en mayo en esta zona, violando la orden de la Corte Internacional de Justicia dictada (CIJ) en 2023. Una orden que establece que Venezuela se “abstendrá de tomar cualquier acción que modifique la situación que prevalece actualmente en el territorio en disputa”, esto hasta que exista una decisión final. Guyana, por su parte, ha respondido pidiendo a la Corte Internacional de Justicia, que le exija a Venezuela descartar cualquier acción para anexar territorio. La CIJ se declaró competente en este caso en el 2020.
Para entender cómo hemos llegado a esta disputa, vale la pena una mirada histórica, ya que los orígenes del diferendo remontan a la época colonial. “En 1777, el imperio español crea la Capitanía General de Venezuela, que es el territorio que reivindica hoy Venezuela, que incluye hasta el límite con el río Esequibo. Por otra parte, Guyana, que es producto del proceso de descolonización de las colonias del Reino Unido, nace en el año 1966 y estima que los territorios al oeste del río Esequibo son suyos. Con la base de un fallo que se dio en el año de 1899 en París, es la base sobre la cual se hace su defensa Guyana”, explica Luis Alejandro Ávila Gómez, especialista en relaciones internacionales y autor de ‘Geopolítica de fronteras: la Guyana Esequiba entre Guyana y Venezuela’ publicado en la editorial l’Harmattan.
Los picos de tensión más recientes tienen que ver tanto con los orgullos nacionales como con el petróleo en el territorio marítimo disputado: “El petróleo es el catalizador actual de las tensiones y lo era ya desde finales del siglo XX, cuando una empresa, Exxon, tuvo concesión para explorar la zona marítima que, aún cabe señalar, no ha sido delimitada”.
En ese momento se producen descubrimientos importantes, pero hay que esperar el 2001 cuando el Instituto de Estudios Geológicos de Estados Unidos publica un estudio en el que muestra que de las zonas no exploradas en el mundo, esta es una de las que contiene las mayores reservas de petróleo no exploradas en el continente en aquella época.
“Cuando las actividades de exploración y de prospección sísmica se retoman en esta zona vemos un primer punto de fricción en el terreno cuando un navío de la armada venezolana arresta a otro navío, el Technic Perdana, que estaba en actividades de prospección sísmica en esta zona”, agrega el también geógrafo.
Exxon Mobil, actor principal de la disputa
Era la primera vez y desde entonces varios episodios similares se han producido sobre todo en torno al bloque Stabroek en donde se concentra la actividad petrolera “operada por Exxon Mobil en tres pozos, actualmente en producción de unos 620.000 barriles diarios. Pero lo que reivindica Venezuela es que esta es una zona que queda pendiente por delimitar”.
Exxon Mobil, empresa estadounidense, juega un papel importante sobre todo desde el descubrimiento de un yacimiento de petróleo en el 2015 y no duda en financiar la representación legal de Guyana ante la Corte Internacional de Justicia. En abril de 2024, Guyana concedió un nuevo contrato a Exxon Mobil, que volvió a desatar las tensiones y Venezuela terminó por tachar de “ilegal”. En Guyana el sector energético es responsable del crecimiento del PIB que progresó en un 124,8 % en 2022.
¿Qué puede hacer la CIJ?
Precisamente, la Corte Internacional de Justicia, “en el marco del derecho internacional público, es muy eficaz para hacer decisiones cuando ambas partes están de acuerdo para resolver un litigio. El problema viene cuando una de las partes no está de acuerdo para hacer recurso a esta corte, que es el caso actual”, porque Venezuela no reconoce la competencia de la CIJ.
Sin embargo, en otros episodios de alta tensión, la mediación y la diplomacia han dado resultado. Inclusive, ambos países han cooperado en proyectos de beneficio mutuo. Solo que el contexto internacional es muy distinto: “la correlación de fuerzas entre Estados ha tomado un rol preponderante en las relaciones internacionales más allá, haciendo como un contrapeso importante a las regulaciones del derecho internacional”, analiza Luis Alejandro Ávila.
Si, por decisión de la Corte Internacional de justicia o por otros medios, Venezuela gozara enteramente de las prerrogativas territoriales de la Guyana Esequiba, Guyana renunciaría a dos tercios de su territorio. Lo que parece poco probable en el marco del litigio en curso y es aún menos probable en la coyuntura actual. El Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, se ha pronunciado “en favor de la soberanía de la Guyana”.
“El interés de los Estados Unidos es el de sostener el desarrollo de sus empresas transnacionales en el extranjero, sobre todo en temas tan álgidos y tan importantes como lo son la energía”, concluye el investigador.
#EscalaenParís también está en redes sociales.
Un programa coordinado por Manuela Mancheno y Florencia Valdés. Realizado por Robin Cussenod y Vanessa Loiseau.