En esta entrega de "Escala en París" reflexionamos sobre qué es la paz, cómo se pueden resolver conflictos sin violencia. Y todo esto en un contexto bélico, con varios frentes abiertos en el mundo, como la guerra en Gaza, en Ucrania, en la República Democrática del Congo, en algunas regiones de Colombia. Y lo hacemos con Alexandra Torres Pons, activista, directora de proyectos de diplomacia juvenil.
Desde los relatos más remotos que nos han dejado otras civilizaciones hasta la colonización y mucho más tarde las dos guerras mundiales, la lista de conflictos es larguísima. Sin irnos tan lejos, Siria o Gaza, incluso la guerra en las puertas de Europa con Ucrania nos recuerdan lo frágiles que pueden ser los períodos de paz. La paz parece ser una excepción.
Para Alexandra Torres Pons, que estudia la cultura de paz tanto en Estados Unidos, en el Trinity College como en la London School of Economics en Londres, la guerra no puede ser el estado permanente. Estima que si un pequeño grupo social puede vivir de manera civilizada, se pueden reproducir los mismos mecanismos en otra escala: "Se trata de buscar recursos y de educar para que eso se transforme en esa sensación de mediación y negociación."
"Según la UNESCO, la cultura de paz es esa solución de conflictos que no que no involucre la violencia. También tenemos que tener en cuenta que hay muchos tipos de violencia. La violencia no solo tiene por qué ser física y no solo tiene que involucrar armas", precisa recordando que la paz no es la ausencia de conflicto porque no existe sociedad sin asperidades.
La activista estima que una cultura de paz "debe tener en cuenta esas pequeñas interacciones entre personas, esas pequeñas exclusiones o agresiones" que una vez que se normalizan escalan a conflictos. De hecho, la Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce explícitamente el derecho a vivir en paz como un derecho humano fundamental.
Alexandra Torres Pons, que participa también en la red Global Education Network, hace mucho énfasis en el lenguaje bélico. Esta red invita a ponerle atención al uso innecesario del vocabulario de la violencia como "una guerra contra el COVID".
Un lenguaje que puede llegar a las conversaciones más banales en un mundo cada vez más polarizado inclusive en la juventud: "Yo estoy intentando promover una cultura de paz y respeto. Pero me enfada cuando trato de debatir y la persona enfrente no tiene la intención de debatir sino de atacar mis derechos fundamentales de una manera que yo no entiendo. Entonces creo que es un reto no solo por el hecho de la polarización en sí, sino porque es que además, los que seguimos intentando promover esta cultura tenemos que enfrentarnos aún más a esta rabia e impotencia."
A pesar de la marcha del mundo, "yo creo que estamos en un mundo nuevo y que tenemos que seguir luchando por él. Tengo mucha confianza de que mediante diálogo y activismo podremos conseguir cambiar el mundo para bien."
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Un programa coordinado por Florencia Valdés, realizado por Souheil Khedir.