
Argentina: cuando la izquierda revolucionaria politizó la defensa de los DD.HH.
Escala en París
En los 60 y los 70 una ola de movilizaciones sin precedentes de la nueva izquierda surge en Argentina. La revolución cubana y el Che, inspiran a toda una generación guerrillera que sueña con un desenlace a la Fidel, en plena guerra fría. Esos grupos -a veces antagónicos- pretenden fomentar una sublevación recurriendo inclusive a secuestros, atentados y hasta asesinatos. En 1976, la dictadura frena el proyecto. Pero un concepto da continuidad a sus ambiciones hasta mucho después del retorno de la democracia: la defensa de los derechos humanos. ¿Son compatibles la defensa de los derechos humanos y la guerrilla?
"El vuelco desde la revolución hacia los derechos humanos suele ser presentado, no solo argentina, sino a nivel mundial como un giro radical desde un militantismo radicalizado a una forma de activismo despolitizado, humanitario, ético. Pero en realidad existen continuidades políticas en este nuevo espacio de apariencia humanitaria, que es el espacio de la militancia por los derechos humanos", resume el profesor en sociología política y autor de ‘Los derechos humanos armados, guerrilla, dictadura y democracia en Argentina’, publicado en la editorial Presse Universitaires de Rennes.
David Copello propone entonces mirar bajo el prisma político ese periodo que va desde la década de los 60, pasando por la dictadura militar, hasta mucho después del retorno de la democracia: "Hay un momento de represión muy fuerte en el marco de la dictadura militar del 76 al 83 en la Argentina, incluso un poco antes. Entonces, esa represión también tiene un impacto en cuáles son las perspectivas políticas en ese momento".
Duhalde, de la militancia revolucionaria a la secretaría de Derechos Humanos
Este recorrido, en el que el proyecto "revolucionario" de las nuevas izquierdas no queda archivado, lo hace de la mano de protagonistas de la época. El caso de Luis Duhalde llamó particularmente la atención del investigador ya que "fue secretario de Derechos Humanos de la Nación Argentina del 2003 hasta el 2012. Falleció en un momento muy interesante dentro de la historia de la relación entre el poder y los derechos humanos en la Argentina, que es un momento de repolitización del relato sobre la dictadura, de reactivación de los juicios".
Luis Duhalde venía de una militancia revolucionaria dentro del peronismo. "En los años 60, 70 fue un referente intelectual y dentro de la abogacía, digamos, la defensa de presos políticos en esa época y tiene una trayectoria muy larga dentro de ese espacio politizado y derecho humanizado que se va 'derecho humanizando' a medida que pasa el tiempo. Entonces es un personaje muy interesante para seguir esta continuidad", explica el Investigador asociado en el Centro de investigación y documentación sobre las Américas de París.
En esta transformación de la actividad política de estas izquierdas profundamente diversas y hasta antagónicas, la creación de la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) en 1976 es capital: "El lenguaje político del derecho se vuelve más técnico. Rodolfo Mattarollo, miembro fundador, es un personaje importante porque se mueve entre la ONU en Ginebra, entre asociaciones de abogados en París, en ese marco del exilio. La denuncia de la situación argentina se traslada fuera de las fronteras del país por la represión, por el exilio y se desarrolla de una manera mucho más transnacional".
Las personalidades, como Luis Duhalde o Rodolfo Mattarollo, que esgrimían ideas revolucionarias, trazando luego una trayectoria de defensa de presos políticos, de denuncia de los horrores de la dictadura y más tarde de denuncia también de una imperfecta transición hacia la democracia son emblemáticos de esta politización.
La defensa de los derechos humanos, según Kirchner
El retorno de la democracia marca una nueva etapa de la transformación del propósito de esta izquierda, una vez más con las herramientas del derecho, para deconstruir una idea muy presente en el discurso público de los años 80. Un discurso que iguala la violencia sistemática del terrorismo de Estado de la dictadura con la violencia revolucionaria de los grupos armados. Habrá que esperar el 2003 para que la defensa de los derechos humanos llegue a las instituciones con la presidencia de Néstor Kirchner.
"Es un viejo político peronista con una larga trayectoria en política. Llega al poder casi por casualidad y le falta una base social de sustento, de popularidad y se va a apoyar en todos estos grupos que vienen de la militancia de derechos humanos", recuerda el autor.
Néstor Kirchner, en su discurso de asunción en la Casa Rosada, se reivindicará de esa generación diezmada y de esa generación que quiso hacer la revolución en los 70. A partir de eso reactivará los juicios de militares, que dejaron mucho que desear en el periodo postdictadura. También desarrolló políticas públicas dándole más presupuesto, por ejemplo, a la Secretaría de Derechos Humanos y distanciará al poder político del ejército: "Es un quiebre generacional, un quiebre de discurso y un quiebre de políticas públicas en el ámbito de derechos humanos. La reactivación de los juicios es central".
¿Kirchner y el kirchnerismo instrumentalizaron la causa de los derechos humanos? "En política se instrumentalizan las cosas, no se hacen las cosas de manera completamente gratuita. Eectivamente esto está hecho con una perspectiva política. Lo que yo trato de plantear s que derechos humanos y política forman parte de un mismo universo. A partir del momento en que se habla en política se movilizan cosas. La pregunta es ¿cómo?", responde David Copello.
‘Los derechos humanos armados, guerrilla, dictadura y democracia en Argentina’, Presse Universitaires de Rennes
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Un programa coordinado por Julia Courtois, realizado por Yann Bourdelas y Vanessa Loiseau.