Pablo finaliza esta parte con la figura del agricultor. Esta comparación fue para recordarle a Timoteo la importancia del esfuerzo y la paciencia como virtudes necesarias para el trabajo ministerial. Una diferencia entre el atleta y el agricultor es que, mientras a uno se le demanda velocidad para ganar la corona, al agricultor se le demanda paciencia para obtener los frutos. Al final, la idea de estas tres figuras es mostrarnos que, el esfuerzo y la disciplina dejan sus frutos.