Enseñanzas Glorioso Amanecer

Vivimos en el mundo, pero somos llamados a estar separados del mundo

¿Qué te haría sentir mejor en la vida; ¿que te digan la verdad, aunque te duela, o que te digan una mentira disfrazada con verdad para sentirte bien?

¿Qué clase de Cristiano te sientes en cuanto a la forma de vivir? ¿Necesitas tener a alguien que siempre te dé un empujón, te dejas llevar por lo que vez y escuchas de los demás, o te dejas dirigir por el Espíritu de Dios?

A causa del amor de Dios, el Hijo vino a la Tierra y lo mataron. Murió en el Calvario para pagar la pena por nuestros pecados. En Juan 3:16 leemos: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna».

Pensemos un momento que cruzaba por la mente de Josué y no solo eso sino además el tenia que lidiar con el dolor de haber perdido un amigo y un mentor; ciertamente no era un momento ideal como para asumir retos; sin embargo Dios le hace el llamado precisamente en estas circunstancias.

Los bienes materiales o las riquezas pueden ser necesarias para vivir, nadie lo discute, pero jamás superan la realidad de ser un genuino heredero de las promesas eternas de Dios. Dios debe seguir siendo el centro de nuestra vida.

El Señor nos busca constantemente. Él no quiere que nadie se pierda, si no que todos lleguemos al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Él solo quiere que volvamos a él, que seamos para salvación eterna, y no para condenación.

esús murió en nuestro lugar para que podamos tener el perdón de nuestros pecados y la vida eterna. No hay nada que nosotros, los seres humanos, podamos hacer para borrar nuestra maldad y asegurarnos la salvación.

Hablo de aquellas que causaron un punto negativo en nuestro currículo. Esa vivencia que nos catalogo como un ser desagradable y mal visto ante los demás.

La actualidad vista desde la optica biblica para entende los acontecimientos y de esta manera una alerta a nuestra vida cristiana para el fortalecimiento en el camino de Dios.