La palabra traducida “conducirse” describe tanto el andar como el hablar de la persona. Es una referencia a toda la vida del creyente, su comportamiento externo, pero también su carácter interno. En esto podemos ver que la base para una conducta apropiada de los creyentes, especialmente con su testimonio para los de adentro y los de afuera, es la propia naturaleza de la iglesia, explicadas a través de tres figuras graficas.