Enseñanzas Glorioso Amanecer

La mejor manera de glorificar a Dios con nuestros cuerpos es muriendo a nuestras pasiones terrenales.

Dios nos llama a vivir una unión santa con él, pero el pecado nos aleja de su comunión.

El Cristianismo tuvo la misión de reivindicar al cuerpo. Los griegos lo consideran corrupto, por lo tanto, podía ser entregado a todo tipo de bajeza, sin embargo, cuando Cristo vino lo elevó a la categoría ser un “templo del Señor” y no templo del pecado para la fornicación.

No es en Pablo, Pedro, o Apolo en quien debemos poner nuestra mirada, sino en Cristo, porque fue él quien murió por su iglesia, y tiene el derecho de ser su fundador.

Una iglesia dividida le manda el peor mensaje al mundo sin Cristo, mientras que una iglesia unida es como un imán que atrae a todos. Sigamos la unidad en amor.

Hay un llamado constante en la Palabra para vivir irreprensibles hasta la venida del Señor.

Pablo va a dedicar el resto de la carta corrigiendo y disciplinando faltas muy graves de esta iglesia, pero aquí lo vemos agradeciéndole a Dios por ellos, porque a pesar de su estado espiritual, ellos eran poseedores de la gracia divina.

Primera de Corintios es, pues, una carta que nos merece un estudio detenido y minucioso, porque los problemas de aquellos hermanos son los mismos de hoy, y nos hará mucho bien saber cómo Pablo lidió con ellos, y que sirven como ejemplo para no repetirlos otra vez.

Alejarse de Dios es lo mas terrible que le puede pasar a un hijo de Dios. ¿Qué cosas son las que nos alejan de Dios?

Todo tiene su tiempo