Acolman es una palabra de origen náhuatl, que proviene de ocumáitl, aculli; "Hombre” y máitl, “mano o brazo", es decir “Hombre con mano o brazo”. En documentos coloniales también aparece como Oculma, Acuruman o Aculma.
Su belleza se manifiesta en su misterioso legado virreinal y en su viva tradición bañada de colores a través de la artesanía lugareña, la piñata, realizada en memoria de aquella que hicieron por primera vez en México los monjes agustinos en 1587.
Basta adentrarse en este alejado poblado para conocer su historia como las rústicas Cuevas de la Amistad, las pinturas que embellecen el legendario Ex Convento de San Agustín, edificado en el siglo SXVI, o realizando una colorida piñata en los talleres del pueblo.
Acolman es un pueblo fundado aproximadamente en el siglo XIII. A partir del 6 de septiembre de 1877 se ordenó que el municipio se llamara Acolman de Nezahualcóyotl.