En ocaciones creemos que lo sabemos, que lo podemos, que lo conocemos y nos llenamos de arrogancia, soberbia, orgullo sin darnos cuenta estos tres enemigos van creciendo silenciosamente excusándose en argumentos que nos distraen de una búsqueda genuina y profunda de Dios. Que no te importe el precio a pagar para tener un corazón manso y humilde.
Cosas tendrán que ser sacrificadas: en muchos casos: sueños, destinos, desiciones, relaciones, tiempos al frente de tu teléfono, hábitos, pecados; pero lo vale todo, como decía David es mejor un día en la presencia de Dios que mil fuera de ella.
”Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, Para salvar a todos los mansos de la tierra. Selah“ Salmos 76:9 RVR1960
Muchas cosas que Dios hace nos pueden tomar de sorpresa, pero no necesariamente sin prepararnos, necesitamos tener aceite en nuestras lamparas, necesitamos ser prudentes y sabios como las 10 virgenes que tuvieron extra aceite para que su lampara ardiera hasta que llegara su novio. Jesus esta a la puerta El es el novio que como Iglesia, que como novia esperamos y regresa a juzgar a las naciones y los malos pero también regresa a rescatar a los mansos y humildes a los que lo encontraron a El como su mayor tesoro.
No te dejes engañar estamos viviendo tiempos donde hay muchas opciones que quieren sustituir tu tiempo de oracion, ayuno, leer la palabra; hay tantas estrategias con que satanas esta atacando a los hijos de Dios que parecen un gran banquete. Necesitamos un corazón dependiente de Dios que reconoce que no sabe nada, no tiene nada, no conoce nada y no puede nada fuera de El. Personas con un standard de intimidad que no se mide por los “me gustan” en las redes sino por lo mucho que Jesus los conoce a ellos y ellos a Jesus. Personas que anhelas la sabiduría mas que el oro y la inteligencia espiritual mas que la plata! Personas entendidas en los tiempos y con disentimiento de Espíritu que no se dejan engañar porque conocen muy bien lo verdadero. Personas que descansan en Jesus y anhelan tener su corazón manso y humilde!
Oremos: