Mt 13, 54-58 • ¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?
En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.
La gente decía admirada:
«¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».
Y se escandalizaban a causa de él.
Jesús les dijo:
«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».
Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.
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Escuchadle. Miradlo.
¿no era este con quien íbamos de pequeños a la sinagoga?
¿El que no salía a jugar por las tardes porque se quedaba ayudando a su padre en el taller?
El que corría tan rápido, pero no jugaba tan bien a la pelota.
El que le ayudaron a quitarse un diente de leche que no caía.
El que se le olvidaba ponerse los zapatos al volver a casa.
Y el que su madre le tenía que llamar para entrar a cenar.
El que a los 12 años se perdió tres días.
Y que había días en los que se iba muy temprano y nadie sabía de Él.
El que le encantaba el vino, y se sentaba siempre en la mesa junto a la ventana.
El amigo de quien contaba esos chistes tan buenos, y siempre reía con la boca bien abierta.
El que se acercaba a charlas con los enfermos durante horas.
El que repartía con su madre comida a las viudas antes del shabbat.
El que enterró a su Padre con los ojos llenos de lágrimas.
¿Éste? ¿Este será el Hijo de Dios como dice?
¡Si al le vi cuando ni leer sabía! Le vi tropezar y con heridas en las rodillas.
Un Dios que se tropieza, que es de carne y no hace todo bien a la primera.
Que pudiendo vivir en un palacio, si es que es Dios, va con su viuda madre durmiendo donde le dejan.
Que acampa con muertos de hambre.
¡No tiene ni pies ni cabeza!
De niño era muy niño, y ahora dice ser más que un profeta.
Fuera lo tendrán por héroe, pero aquí sabemos de qué pie cojea.
Mira como en su casa no hace milagros.
Ya sabía yo que no triunfaría en su tierra.
Y ya se marcha, ¡ya tocaba!
Que tenga más suerte fuera.
[….] Aunque... ¿qué es eso que abandona a mi corazón, cuando lo veo alejarse por la ladera?