Mt (14, 13-21) • Dadles vosotros de comer
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a solas, a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió por tierra desde los poblados.
Al desembarcar vio Jesús una multitud, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren comida».
Jesús les replicó:
«No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».
Ellos le replicaron:
«Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».
Les dijo:
«Traédmelos».
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos y se saciaron y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
¿No os habéis enterado? Herodes ha matado a Juan, ¡el que bautizaba en el Jordán! Cuánto mal hay en el mundo, siempre acabamos matando de alguna manera a los que nos dicen la verdad.
Algunos dicen que su primo es un profeta todavía mayor, ¡algunos incluso que es el Mesías!
Debe de haber llegado el momento, las cosas no pueden ir a peor… Tenemos que estar con él, cueste lo que cueste. Nosotros hemos venido con la familia, toda la noche caminando y le vimos desembarcar justo antes de que empezara este calor.
Ahora estamos esperando. ¡Supongo que nos dirá algo!
Solo con que bendiga a mi mujer o le de un abrazo, todo irá bien.
Mira, ahí vienen Andrés y Bartolomé. Ellos nos explicarán qué está pasando, lo conocen bien. Mi hijo, el mayor, es quien me ha hablado de ellos, ha estado unos días con Andrés, el pescador. Si estamos aquí es por todo lo que nos ha contado al volver. Seguro que ellos tienen respuestas. ¡Mira!, traen un cesto lleno.