La degradación del suelo en Latinoamérica, la otra urgencia medioambiental
02 December 2024

La degradación del suelo en Latinoamérica, la otra urgencia medioambiental

Vida en el Planeta
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En apertura de la Cop16 sobre desertificación y sequía en Arabia Saudita, el secretario ejecutivo sobre la Convención de Naciones Unidas sobre la lucha contra la Desertificación llamó a parar la degradación de las tierras. Un fenómeno que afecta también a América latina, con múltiples consecuencias.

Es tal vez la menos conocida de las cumbres internacionales sobre asuntos medioambientales: además de la Cop sobre cambio climático y de la Cop sobre biodiversidad, la cumbre sobre desertificación tiene lugar cada dos años bajo la égida de la ONU.

Este año, representantes de 196 países se reúnen en Arabia Saudita para reforzar la lucha contra la sequía y el empobrecimiento de los suelos, fenómenos que comprometen los rendimientos agrícolas y transforman algunas zonas en desiertos como en Suramérica o en España por ejemplo. Llamada "Cop sobre desertificación", este espacio de negociación se centra en realidad sobre las consecuencias de la sequía y la degradación de los suelos.

Naciones Unidas calcula que alrededor del 40% de las tierras del planeta están degradadas.

El suelo, esta capa delgada en la tierra, “alberga una cuarta parte de la biodiversidad, regula las emisiones de Co2 y otros gases de efecto invernadero, constituye la segunda reserva de carbono más importante a nivel planetario y es clave para la adaptación al cambio climático. Gracias al suelo, el agua se infiltra, la almacena la limpia. Y se mejora la resiliencia a la población ante inundaciones y sequías”, recuerda la geóloga mexicana de la Universidad Naciones Autónoma de México Blanca Prado, que estudia la erosión de los suelos.

“Y conocemos al suelo por ser el medio en el que crecen nuestros alimentos. De él obtenemos el 95% de los alimentos. Al perder su salud, el suelo pierde la capacidad para realizar todas estas funciones que mencioné al principio”, agregó Blanca Prado.

En México, por ejemplo, cerca del 60% sufren algún tipo de degradación. Y las causas están bien identificadas, según Blanca Prado. Se trata de “las prácticas agrícolas, el sobrepastoreo, la deforestación, la sobreexplotación de la vegetación, las actividades industriales y la urbanización, siendo las prácticas agrícolas y el sobrepastoreo las más importantes”, recalca la investigadora mexicana.

Escuche el programa completo de Vida en el planeta sobre la Cop16 sobre desertificación:

El fenómeno afecta a numerosos países de Latinoamérica con impactos visibles, observa también Andrea Meza Murillo, secretaria ejecutiva adjunta de la Convención de Naciones Unidas sobre la desertificación. “Al menos el 22% de las tierras de América latina y el Caribe” sufre los impactos de la sequía y de la degradación del suelo. “Equivale a una superficie mayor a la India”, insiste Meza, entrevistada por RFI.

Este flagelo ambiental causa varios impactos visibles ya: reducción de rendimientos agrícolas, caída de la producción hidroeléctrica debido a la falta de agua y perturbación en la circulación del Canal de Panamá.

Frente al fenómeno de la degradación de los suelos, los países del mundo se comprometieron a restaurar 1000 millones de hectáreas de tierras de aquí a 2030 ya que sí, es posible mejorar el estado de salud de los suelos afectados por la sequía o el agotamiento de nutrientes.

En el caso de México, por ejemplo, la investigadora Blanca Prado aboga por una agricultura más sostenible, en un país donde la ganadería y la agricultura agotaron los suelos con el uso intensivo de pesticidas y abonos químicos.

Entre las soluciones comunes para restaurar los suelos están: la restauración de manglares y de bosques para mantener las zonas húmedas, la agricultura sostenible como la agroforestería o el silvopastoreo, es decir la introducción de árboles en zonas de pastoreo.

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En esta Cop16 sobre la desertificación y degradación de los suelos se espera que varios países en desarrollo pidan una ayuda financiera para estos proyectos de restauración del suelo. Un tema que podría ser objeto de negociaciones entre los delegados.