Hablar con Dios en la oración es un don, pero es necesaria nuestra respuesta con una apertura que nos lleve a buscar la conexión con el Señor. Dios nos habla de muchas maneras, nuestra respuesta también puede ser de muy variadas formas: afectos, luces, propósitos, inspiraciones, alabanza, petición de perdón, acciones de gracias, etc.