«La imaginación de Cocorí»

«La imaginación de Cocorí»

Carlos Rey
00:04:01
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About this episode


(Día del Niño en Costa Rica)


«—Cocorí, anda a traerme leña —le había dicho [mamá Drusila].


»Pero recogiendo una rama por aquí y otra por allá, se había ido adentrando en el bosque, y ya era hora de emprender el regreso.


»Cruzó los primeros matorrales en los límites de la selva. Se apresuró, receloso, porque el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte y se iniciaba el concierto nocturno.


Croá, croá,

qué susto me da.

»El sapo le gritaba desde su pantano, y el grillo intervenía con su voz en falsete:


Cri, cri, cri,

apúrate, Cocorí.

»Las ramas se alargaban como garras para atraparlo y veía sombras pavorosas por todas partes. Y cuando un búho abrió su ojo redondo y le gritó:


Estucurú,

¿qué buscas tú?

Cocorí arrancó despavorido a todo lo que le daban las piernas. Corriendo... no se detuvo hasta que se encontró a salvo junto a mamá Drusila..., que siempre le había prohibido que se aventurara en el bosque....


»Después de la comida, Cocorí salió a la playa....


»El mar, enfrente, era... dueño y señor de innumerables secretos que aguijoneaban la imaginación de Cocorí. Por eso corrió hacia el círculo de pescadores que, a la luz de la luna, referían sus aventuras heroicas en el mar y en la selva.


»Acuclillado en el ruedo de hombres, escuchó una vez más al Pescador Viejo —sus barbas blancas bailaban con los vientos salinos— contar de los hombres rubios que vivían al otro lado del mar, de la dentellada fugaz del tiburón, de las anguilas eléctricas y de la iguana acorazada con su lengua de siete palmos.


»—Dime, Pescador —preguntó el Negrito—: ¿quién es más fuerte, el Caimán o la Serpiente Bocaracá?


»El Viejo se rascó las barbas, dubitativo, guiñó un ojo y, por último, respondió:


»—Todo depende. Si el Caimán la muerde primero, gana el Caimán; pero si la Serpiente lo aprisiona entre sus anillos y comienza a destrozarlo con su abrazo..., ¡adiós, Caimán!


»La conversación se alargó hasta que los párpados de Cocorí comenzaron a pesarle, y a duras penas se fue trastabillando de sueño hasta su casa.»1


Por algo será que esta obra clásica de la literatura infantil del siglo veinte, que recorrió el mundo luego de ganar el Premio Rapa Nui en Chile en 1947, se titula Cocorí. Fue escrita por el talentoso autor costarricense Joaquín Gutiérrez, ganador del prestigioso Premio Nacional de Cultura Magón. Quiera Dios, quien creó el bosque, la selva, el sapo, el pantano, el grillo, el búho, el mar, la luna, el tiburón, la anguila, la iguana, el caimán y la serpiente para el deleite de Cocorí y de todos los niños del mundo, que así como Joaquín Gutiérrez se ganó la aprobación del acreditado periódico La Nación a tal grado que lo nombraron la figura literaria más importante del siglo veinte,2 así también cada padre de familia haga las veces del Viejo Pescador y se proponga ganar la aprobación de su esposa y de sus hijos a tal grado que lo consideren la figura familiar más importante de su vida.


Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net




1
Joaquín Gutiérrez Mangel, Cocorí (San José: Editorial Costa Rica, 1998), pp. 11-14.


2
Wikipedia, s.v. «Joaquín Gutiérrez Mangel» <https://es.wikipedia.org/wiki/Joaqu%C3%ADn_Guti%C3%A9rrez_Mangel> En línea 22 abril 2011.