Tanta paz que no es vista.
Tanta paz que no es sentida.
Tanto silencio que nos busca,
y tantas mentes resistiendose a dejarse encontrar.
El problema no es que La Paz sea difícil de lograr,
el problema es que no la queremos aceptar.
La Paz ya esta aquí.
El Amor ya está aquí.
La pregunta es:
¿estás dispuesto a hacerte responsables de la respuesta que ya se te dió y que tanto pediste?
¿estás dispuesto a despertar el valor para adentrarte en el silencio y aceptarlo?

La Paz dice:
"Yo no huyo de ti,
tu eres bien huye de mí,
Yo siempre estoy aquí,
tocando tu puerta a través de todo lo que te rodea:
el viento que te abraza,
los rayos de sol que te bendicen,
el silencio que te sostiene,
la lluvia que te limpia,
la mirada que te ama,
la quietud que te detiene.
Soy imperceptible a los ojos del cuerpo,
pero sensible al deseo de tu corazón.
La quietud te llama una y otra vez,
te pide que pares,
que aceptes la fortaleza de Dios para decir “basta” a las intrusiones del ego,
y me dejes hacerme cargo de ti.

Te amo más de lo que tu mente te permite imaginar,
y con tal fuerza que tu corazón apenas logra sentir.
Que el ruido de tus pensamientos no te aleje de mi,
que la voz del miedo no te impida sentir que,
La Paz te ama, La Paz te bendice,
y estará a tu servicio hasta estes dispuesto a aceptarla.

Ven a mi cada vez que te sientas aturdido,
ven a mi cada vez que te sientas confundido,
Ven a mi cada vez que te sientas perdido,
yo te encontraré en el silencio,
te rescatare en la quietud, y no te fallaré,
yo te sostendré, una y otra vez,
y no te dejaré caer.
Decídete a escuchar"

Texto by Susana Ceballos
Todos los derechos reservados

Dejándome encontrar por Dios