Analice cuidadosamente las promesas de las ocho bienaventuranzas. Muchos consideran que estas actitudes hermosas son el Sermón del Monte, la esencia de la enseñanza que Jesús dio allí, y que el resto de los capítulos cinco, seis y siete de Mateo es simplemente la aplicación de esa enseñanza. Las primeras cuatro son las actitudes de “venir”; las segundas cuatro, las actitudes de “ir”. Y todas las actitudes bienaventuradas están acompañadas de promesas bienaventuradas.