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David Golden: El corazón es la fuente de la vida espiritual. Cuando se llena de soberbia, necedad o incredulidad, se contamina y se aleja de Dios; pero cuando se guarda con cuidado y se enfoca en Cristo, se mantiene puro. La Biblia enseña que lo que vemos, escuchamos y deseamos puede abrir puertas a la contaminación, por eso debemos alimentarnos de la Palabra y pedir a Dios un corazón limpio. Solo así podremos ver a Dios y vivir en verdadera comunión con Él.