A medida que continuamos nuestro estudio en Hebreos 12:14-24 contrasta el camino de la paz y la santidad con el peligro de rechazar la gracia de Dios. En los versículos 14-17, el autor insta a los creyentes a perseguir la paz y la santidad, advirtiendo contra la amargura y la inmoralidad sexual, y enfatizando la importancia de mantenerse fieles a Dios, como lo hizo Esaú, quien no valoró su primogenitura. Los versículos 18-21 describen la escena aterradora en el monte Sinaí cuando Dios se reveló a Israel, infundiendo temor. En contraste, los versículos 22-24 describen la realidad alegre y llena de gracia de acercarse al monte Sion, la Jerusalén celestial, donde los creyentes se unen a la asamblea de ángeles, la iglesia de los primogénitos y a Jesús, el mediador del nuevo pacto. Este pasaje resalta la diferencia entre el temor del antiguo pacto y la esperanza del nuevo pacto en Cristo.