
Mientras continuamos nuestro estudio en el libro de Timoteo, Pablo da instrucciones sobre cómo deben comportarse los siervos (esclavos) hacia sus amos. Les exhorta a mostrar respeto para que el nombre de Dios y la doctrina cristiana no sean blasfemados. Aquellos que tienen amos creyentes no deben aprovecharse de su fe, sino servirles aún mejor por ser hermanos en Cristo.
Luego, Pablo advierte contra los falsos maestros que promueven discusiones inútiles, envidias, pleitos y sospechas. Dice que estas personas están motivadas por la ganancia personal y usan la religión como medio para enriquecerse. En contraste, Pablo enseña que la verdadera ganancia está en la piedad acompañada de contentamiento. Recuerda que no trajimos nada al mundo y nada podremos llevarnos. Por eso, si tenemos sustento y abrigo, debemos estar satisfechos. Finalmente, advierte que los que quieren enriquecerse caen en tentaciones y muchos males, ya que el amor al dinero es la raíz de todos los males, y por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchos dolores.