En muchos de nuestros Tangos más recordados está presente mamá, la vieja, la patrona u otra identificación cuando la nombramos. Músicos y poetas de la música ciudadana les dedicaron sus líneas y melodías más sentidas. Desde el zorzal Carlos Gardel hasta los cantantes de otras épocas, le han dedicado un tema a la madre, o la nombraron en algún pasaje de las letras, hubo quienes le manifestaban sus dudas, algunos a manera de pedirle un consejo y otros para hacerle una confesión íntima por sentirla siempre tan cercana al corazón de un hijo. Compositores que nos recordaron que ‘hay una sola’ y que había que cantarles un vals puro con música de Dios. O aquellos que estaban a punto de ir a la cárcel y le dejaban el pibe encargado a la vieja. Otros que le juraban “mamita, mamita, ganaré dinero” cuando el club lo citara para jugar al fútbol en primera. Los más sentidos y con culpas encima, cantaban ‘pobre mi madre querida, cuántos disgustos le daba”. No faltó quien en una estrofa definía a la mamá como consentidora al decir ‘la vieja como un juguete decía prestáselo’. Tampoco se le olvidó a otro autor que la medallita de la suerte estaba bendecida por la viejita. Y aquel que nos decía, refiriéndose a la madre: “No hay cariño más sublime ni más santo para mi”. En fin, la madre, siempre la madre, presente de alguna forma u otra en nuestra música Ríoplatense. Tango Sensei, les rinde un merecido y sentido homenaje, desde este lugar de América en que las celebramos en mayo. Feliz día mamá.