Lo que te dices en silencio también construye tu destino.En este episodio hablo de identificar y romper con ese diálogo interno que te estanca sin que lo notes. A veces no es falta de capacidad, es lo que te repites cuando estás cansado, cómodo o desmotivado. Hablarte bien no es un lujo emocional: es una estrategia para avanzar.
Ep.248- La Vida No Fue lo Que EsperabaEp.244- Persistir y Resistir
Ep.235- ¿Sacrificas Tu Autenticidad?
Hola. Hace dos semanas fui a unas conferencias en Los Ángeles. Había gente de todo el mundo: algunas personas las conocía personalmente, a otras solo de vista, porque es una comunidad bastante grande. Todo estuvo muy bien, la pasé excelente.
Pero, al regresar, como a los 4 o 5 días, me enfermé. Ya estaba cansada desde antes de ir, y fue demasiado el esfuerzo. Recuerdo que, ya en mi cama, tuve este diálogo interno: "Qué bueno que ya se acabaron las conferencias, qué bueno que estoy en mi casa, qué bueno que ya no tengo que estar en esa formalidad."
Y aunque no era algo extremadamente formal, las conferencias tienen su ambiente. Yo pensaba: "Qué bueno que ya estoy aquí, descansando." Pero me di cuenta de que ese pensamiento era un diálogo perdedor, un diálogo de alguien que se queda estancado. Y pensé: "No me puedo permitir pensar así."
Si queremos una vida mejor, no podemos darnos el lujo de pensar de ciertas formas. Hay pensamientos que nos llegan por costumbre o por cómo fuimos educados, pero hay otros que sí podemos y debemos cambiar, como este caso.
Así que me forcé a cambiar ese diálogo. Empecé a decirme: "Qué lástima que ya no estoy allá. Qué gusto me daba tener mi café en la mano esperando la conferencia." Y noté cómo, con eso, mi estado interno cambió. Pasé del conformismo a la gratitud.
No siempre estamos alertas a nuestros pensamientos. A veces estamos tan ocupados que simplemente reaccionamos a lo que pensamos sin darnos cuenta. Pero si logras captar un pensamiento perdedor —como la queja, la falta de responsabilidad o de compromiso, o la ingratitud—, no puedes permitirte hablarte así. Todo lo que pienses y digas de ti se va sembrando… y después lo vas a levantar.
Por ejemplo, estaba tan ocupada con unos proyectos que ni siquiera le hacía caso a mi gato. Y tengo el gato que muchos soñarían: parece un perrito, viene cuando lo llamo, no se escapa… está súper bien educado. Y aun así, yo le decía: "Ahorita no puedo." Pero en realidad era: "Ahorita no te valoro." Y eso pasa cuando perdemos de vista nuestras prioridades.
Un día escuché que alguien decía: "Los platos, el polvo y las tareas del hogar seguirán ahí incluso cuando yo ya no esté." Y eso es cierto. Por eso es tan importante filtrar lo que pensamos, lo que permitimos en nuestra mente.
Hay una frase que me encanta (aunque no recuerdo el autor): "Lo que un hombre piensa de sí mismo, determina su destino."
Así que… piensa bien de ti. Háblate bien. No te sabotees con un diálogo interno pesimista. Aunque hoy no tengas fuerza para luchar por todos tus sueños, al menos no te permitas un pensamiento que te reste. Eso, ya es mucho.
Deseáte cosas buenas. Ayúdate. Cámbiate el lenguaje. Cambia tu forma de hablarte a ti mismo sobre lo que es importante para ti. Probablemente vas a experimentar lo mismo que yo: vas a pasar de un diálogo pesimista a recuperar la esperanza y valorar lo que has vivido.
Eso cambia muchas cosas. Cambia tu energía, cambia tu visión… cambia tu autoimagen.
Que tengas un buen día. Nos vemos en la próxima.