Los partidos políticos han pegado el grito al cielo por la decisión del Constitucional que abre la puerta a las candidaturas independientes en todos los niveles de elección. La reforma del texto de la ley de régimen electoral establece que cualquier grupo ciudadano registrado y con un programa de gobierno puede inscribir una candidatura con 75 días de antelación.
Una se tiene que reír porque quienes adversan la decisión indican los riesgos para la democracia e incluso hablan del posible ingreso de dinero proveniente de ilícitos para financiar candidaturas populistas.
Ríanse, en un país donde el tercer bloque legislativo es el de los riferos y guagüeros y donde hay siete legisladores o ex legisladores con procesos por narcotráfico los partidos políticos expresan esa preocupación.
La verdad es que el sistema de partidos hace mucho que inició una recesión y que la tasa de abstención refleja la apatía de la población hacia la práctica política.
Esta semana todos los legisladores andan haciendo moros con pollo o con cerdo y repartiendo potes de romo en los barrios y zonas populares de sus demarcaciones, alcaldes y regidores hacen lo propio. Ese es su aporte.
Mientras sacan videos bailando con abuelas y abrazando carajitos, el congreso es incapaz de avanzar en las iniciativas que pueden cambiar la vida de esos ciudadanos que, dormida la resaca, vuelven a su cotidianidad.
Los códigos Penal y el Agua y Civil, reforma a la Ley 87-01 de Seguridad Social, al Código Laboral, Ley de Participación Ciudadana, de Referéndum. También está pendiente el Proyecto de Ley a Protección de Víctimas a Testigos, la Ley de Plebiscito, de ley que regularía la iniciativa popular legislativa.
Nuestros políticos aspiran a lo mejor de todos los mundos: una población adormecida, leyes que los mantengan en el control del estado, gente entretenida en chismes y que no conocen la causa de sus malestares y sobre todo que nadie amenace sus posiciones electivas.
La encuesta de consumo cultural revela que el 69 por ciento de la población accede a la “información” a través de redes sociales donde prevalecen las noticias falsas, datos sin confirmación y la repetición de notas sin determinación de origen.
La receta de la realidad dominicana en términos de su futuro político no puede ser más explosiva. Una parte de la población está hasta de los políticos, otra parte de la población quiere que los políticos suelten una borona y los más jóvenes sin importar su condición social se inclinan por los discursos populistas.
Lo peor es que lo viral y lo que se reproduce en un esquema peligroso es lo banal y lo superfluo.
Por eso el coño de David Collado ha superado toda la inversión en publicidad de un aspirante rico, de un pintado de super bueno y de eficiente y ha mandado al carajo millones de pesos en gestión de medios y redes sociales.
Que viva el coño carajo