Los aspirantes a la candidatura presidencial del partido oficial están como Jack Veneno tirando patadas voladoras y dando saltos por los aires y como en la lucha libre es difícil discernir entre si es deporte o espectáculo.
Ayer en La Semanal el tema fue motivo de una especie de propuesta de norma por parte del presidente Abinader que, sin declaración oficial, es una especie de árbitro entre los peremeistas que aspiran a terciarse la ñoña a falta de institucionalidad y liderazgo partidario.
Sin posibilidades de hacer una oferta concreta y sin compromiso con ningún sector, los aspirantes peremeistas no tienen un solo contenido que merezca citarse más allá de los espacios que le dan sus funciones gubernamentales.
Hoy que todos los diarios, sin excepción, tienen como titular la liberación de 81 mil millones de pesos dispuestos por la Junta Monetaria para lo que en dominicano se llama “Tirar cuartos para la calle”, quienes aspiran a dirigir los destinos del país ni siquiera se dan cuenta de que aun a este pueblo, que se entretiene con cualquier cosa, hay que proponer algo concreto.
David Collado se observa feliz en el primer vuelo de Arajet a NJ, Carolina anduvo por Pedernales saludando el triunfo del grupo Punta Cana en la licitación para la operación de Cabo Rojo, Tony Peña va más rápido porque ya presentó su equipo de campaña mientras Wellington Arnaud se lamenta de que no aparece en las encuestas.
Esta madrugada les compartí por whatsapp un excelente artículo del profesor Tony Pérez y le sugiero que lo lean porque su descripción del viaje de Carolina a Pedernales no puede ser mejor indicador del vacío de contenido en las propuestas políticas y del divorcio de los aspirantes de la realidad de las comunidades.
Si los aspirantes estuvieran en contacto con la realidad que nos toca hablarían del Código Penal que está de moda a propósito del caso Jet Set pero que está varado por temas de hipocresía social como las tres causales.
Todos son patriotas pero ninguno conoce o habla de la realidad de la producción, los mercados, la educación y la salud más allá de alguna estadística que le suene favorable.
No les preocupa la educación porque probablemente nadie en sus familias piensa en una escuela pública; no les preocupa la salud porque nadie en sus familias acude a un hospital del estado; no le interesan las causales para salvar a una mujer porque todos pueden subir una hija a un avión a que “resuelva” un embarazo no deseado.
El votante dominicano es como un mal querido al que solo llaman cuando es de extrema necesidad.-