John Owen: Vida, Intelecto y Conversión:
Orígenes y Educación: Nacido en Stadham, Oxfordshire, en 1616, Owen provenía de una familia con herencia galesa, lo que pudo influir en su habilidad para "retratar, por un lado, la grandeza de Dios y la necesidad de la humildad más profunda ante Él, y por otro lado, el conmovedor drama interno de un individuo que enfrenta los problemas de la eternidad". Ingresó en el Queen’s College de Oxford a los doce años, obteniendo su maestría en 1635.Conversión Personal: Inicialmente motivado por ambiciones políticas o eclesiásticas, Owen experimentó una profunda crisis de pecado a sus veintitantos años, que lo aisló durante tres meses y lo dejó en un estado de confusión. Sin embargo, "aprendió lentamente a confiar en Cristo, y así encontró la paz". Este encuentro personal con su pecado y la gracia de Cristo fue fundamental para su teología y su entendimiento de la piedad.Intelecto y Estilo: Owen fue un teólogo de "energía teológica descomunal", con vasto conocimiento y una capacidad única para organizar el material. Su pensamiento, aunque no sutil ni complicado, dejaba una impresión de "majestuosidad imponente, precisamente por causa de la simplicidad sólida de su estructura". Su estilo, a menudo criticado como engorroso, era de hecho una "prosa hablada latinizada, fluida pero majestuosa y expansiva, a la manera elaborada de Cicerón". Spurgeon lo describió como "denso" más que prolijo, requiriendo un "estudio minucioso".Teología Multifacética: Su epitafio lo describe como un teólogo "polémico, práctico y casuístico".Polémico: "estranguló a tres serpientes venenosas: la arminiana, la sociniana, y la romana."Práctico: "expuso ante otros toda la actividad del Espíritu Santo, la cual primeramente experimentó en su propio corazón".Casuístico: "era valorado como un oráculo digno de ser consultado en cada situación compleja".Influencia Teológica: Frecuentemente se le compara con Calvino y se le vincula a las Confesiones de Westminster y Saboya (esta última modificada por él mismo), lo que subraya su arraigo en la tradición reformada.
El Legado Puritano y la Crítica a la Piedad Moderna:
Piedad Profunda y Experimental: La piedad puritana era "un cristianismo que tenía un vigor, una entereza y una profundidad que, en gran medida, le hacen falta a la piedad evangélica moderna". Era "esencialmente una fe experimental, una religión de 'trabajo de corazón', una práctica constante de buscar el rostro de Dios".Falta de Asombro en la Piedad Moderna: Los puritanos sentían "asombro y admiración por el hecho de que el acceso a Dios en paz y amistad era posible para ellos". Owen lo llamaba una "dispensación asombrosa" que "los pecadores puedan tener comunión con Dios, el Dios que es infinitamente santo". En contraste, la piedad moderna a menudo "simplemente damos eso por sentado", perdiendo el asombro por la gracia.Centralidad de Dios vs. Centralidad del Hombre: La piedad puritana era "natural e inconsciente, porque estaba muy centrada en Dios", mientras que la piedad moderna es "artificial y jactanciosa, porque en gran medida está principalmente centrada en nosotros mismos". Los puritanos se enfocaban en "Dios, y después yo", mientras que la piedad contemporánea se centra en "Yo, y después Dios".Firmeza y Honestidad Espiritual: Los puritanos mostraban una "firmeza de juicio, madurez espiritual y honestidad moral ante Dios", junto con un "temor a la hipocresía en sí mismos y en los demás". Eran "cautelosos, serios, realistas, constantes, pacientes, persistentes en el bien hacer y ávidos de santidad de corazón", cualidades que contrastan con la "piedad frívola, superficial, inestable, y, sobre todo, débil" de la actualidad.
EL PENSAMIENTO TRINITARIO DE OWEN...