
About
Desde que el ser humano tiene memoria, ha intentado burlar a la muerte.
Nuestros antepasados miraban al cielo buscando señales, dioses, milagros…
Cuidaban los cuerpos de sus muertos, inventaban rituales, y escribían mitos sobre la vida eterna.
Y sin embargo, todos morían igual.
En la Edad Media, bastaba una simple infección para acabar con la vida.
En el siglo XIX, un parto complicado o una neumonía eran sentencia de muerte.
Hoy tenemos antibióticos, cirugía robótica y trasplantes de órganos.
Hemos duplicado nuestra esperanza de vida… pero seguimos con fecha de caducidad.
La diferencia es que, por primera vez en la historia, podríamos cambiar eso.
Quizá no podamos ser inmortales… pero sí posponer la muerte cientos de años.
Nuestros antepasados miraban al cielo buscando señales, dioses, milagros…
Cuidaban los cuerpos de sus muertos, inventaban rituales, y escribían mitos sobre la vida eterna.
Y sin embargo, todos morían igual.
En la Edad Media, bastaba una simple infección para acabar con la vida.
En el siglo XIX, un parto complicado o una neumonía eran sentencia de muerte.
Hoy tenemos antibióticos, cirugía robótica y trasplantes de órganos.
Hemos duplicado nuestra esperanza de vida… pero seguimos con fecha de caducidad.
La diferencia es que, por primera vez en la historia, podríamos cambiar eso.
Quizá no podamos ser inmortales… pero sí posponer la muerte cientos de años.