Acerca de cómo distintos relatos y pensamientos que vienen de la filosofía, la literatura, la historia, el arte, la ciencia y la teología, nos permiten afinar nuestra orientación en el mundo.
En la II de sus Contemplaciones intempestivas, decicada a la historiografía, considerando en que médida le sirven a la vida, Nietzsche comienza con la contemplación de una vaca que pasta en el campo, sumergida en un eterno presente. sin llevar sobre sus hombros todo el pasado de una historia transcurrida.
Convencer y persuadir están en correspondencia con nuestra doble naturaleza humana, la que se puede expresar, como que somos tanto racionales como emocionales. Con el niño suelen no bastar las razones que le damos para convencerlo de algo, pero también a los adultos de pronto hay que persuadirlos...
La pregunta suele ser acerca de las cosas más baladí que pueda haber, pero en definitiva la pregunta nos puede llevar tan lejos que llega a ser acerca de por qué somos, por por qué hay algo y no más bien nada, y entonces por mucho que la respuesta suela empoderarse, al final no logra acallar nuestro preguntar.
Entre pregunta y respuesta, en términos existenciales, hay una cuestión de poder. La respuesta se presenta por lo general como más poderosa que la pregunta, dado que permite hacer algo, tomar una decsión, planificar, organizar algo, pero tengamos en claro de que hay mucha respuesta que es engañosa o falaz.
Perelman goza de la lucidez de hacernos ver de que hay un modo de ser argumentativo del ser humano, y ejemplo notable de ello es el argumento del sacrificio, que nos muestra que él está detrás de los más grandes logros de la humanidad, pero tengamos en cuenta también de que el sacrificio puede ser programado.
No se trata únicamente de que preguntemos esto o lo otro, y que a nuestras preguntas le sigan respuestas. Pregunta y respuesta tienen una raigambre existencial. Sucede que uno se acerca a otra persona, intentando encontrar una respuesta en ella, así, por ejemplo, en los meandros del amor.
Parménides fue el primero en pensar la eternidad del ser como un "siempre ahora", un eterno presente. Más de 2400 años después, aproximadamente, Kiekegaard pensó en el el correlato existencial que tiene esto: anhelamos en distintas vivencias que el instante se eternice, por ejemplo, cuando nos enamoramos.
Cuando consideramos el rito, la ceremonia, la fiesta en las culturas ancestrales, la vía de inserción en el ser, en todo lo que hay, se da de modo inconsciente, y lo mismo en torno a cómo vivenciamos la sexualidad. Pero, la meditación, más bien, supone una vía de una más elevada conciencia de inserción en el ser.
En la cotidianidad los fenómenos existenciales fundamentales, que Eugen Fink estipula - Eros, trabajo, dominio, juego y muerte - ya han sido subsumidos, y con ello, atrapados, en ciertas interpretaciones, que tienen que ver con lo que se acostumbra. La fenomenología tendría como misión rescatar esos fenómenos.
Históricamente, venimos de culturas sacrificiales, en las que el rito para comunicarse con la divinidad era especialmente el sacrificio. Esto hace entendible que se constituya en la retórica, según la concibe Perelman, un correspondiente argumento del sacrificio, por ejemplo, cuando consideramos si algo vale la pena.