Esta frase podría ser muy trillada pero que al final es toda una realidad. Porque al final, el líder no es el que habla bonito sino el que actúa bien. El que no se queda en el discurso sino el que hace.
Quizás sea una muy buena pregunta que nos podamos hacer: ¿Qué tan buen líder soy? ¿Soy un líder que soy una carga (porque mi ego sale muy caro) o soy un líder que sirvo y le hace la vida más llevadera a los demás, además que ayuda a alcanzar nuestras metas?
El liderazgo no responde a un título, responde a un llamado de querer servir.
Te dejamos este Polymath Tip.