14 de diciembre
Nunca le hables a un alcohólico desde una cumbre moral o espiritual; sencillamente muéstrale el juego de herramientas espirituales para que él las inspeccione. Demuéstrale cómo funcionaron para ti.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 95
¿Tengo yo la tendencia a mirar al recién llegado que acabo de conocer desde mi percibida perspectiva de éxito en A.A.? ¿Lo comparo a él con los numerosos conocidos que tengo en la Comunidad? ¿Le enseño en un tono magistral la voz de A.A.? ¿Cuál es mi verdadera actitud hacia él? Yo tengo que examinarme a mí mismo siempre que encuentre un recién llegado para asegurarme de que estoy llevando el mensaje con sencillez, con humildad y con generosidad. Aquel que todavía sufre de la terrible enfermedad del alcoholismo tiene que encontrar en mí a un amigo que le permita conocer la manera de A.A., porque yo tuve un amigo así cuando llegué. Hoy me toca a mí extender mi mano con amor a mi hermana o hermano alcohólico y enseñarle el camino a la felicidad.