Para ser libre del stress y preocupación, rodéate de este tipo de personas
20 June 2025

Para ser libre del stress y preocupación, rodéate de este tipo de personas

Reflexiones Cristianas

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Para ser libre de la enfermedad, rodéate de este tipo de personas

Hoy hablaremos sobre algo que, aunque parezca muy médico o científico, tiene profundas implicancias en nuestra vida espiritual: el cortisol. Hace un tiempo, una terapeuta cristiana comenzó a estudiar esta hormona, conocida como la hormona del estrés. Descubrió que el cortisol se activa en momentos de amenaza o tensión. Pero lo que más le impactó fue entender que, cuando una persona vive preocupada constantemente —ya sea por una enfermedad, una crisis familiar, problemas con los hijos, conflictos laborales o afectivos—, ese sistema se desregula y el cuerpo comienza a intoxicarse.Ese fue el comienzo de su camino en el trabajo terapéutico. Empezó a notar que muchas personas sufrían de inflamación, enfermedades autoinmunes y cuadros depresivos originados no solo por causas físicas, sino por un estado de alerta emocional permanente. Comprendió que había que unir mente, cuerpo... y espíritu. Y fue repitiendo algo que desde entonces comparte con cada paciente: "comprender es aliviar". Cuando uno se comprende —decía ella—, se siente más liviano.Pero en ese proceso también apareció un gran obstáculo: la voz interior. Esa voz que todos escuchamos en silencio, que nos critica, que nos compara, que nos recuerda lo que no hicimos bien. Esa voz que dice cosas como: “Tu esposo no te valora”, “No eres suficiente”, “Tus amigos te ignoran”.Ella comenzó a investigar de dónde venía esa voz interior, por qué parecía tan común y tan destructiva. Lo descubrió en las heridas de la infancia. En cómo fuimos amados, corregidos, valorados. Todo eso moldea nuestra forma de amar, de elegir pareja, de reaccionar ante el conflicto, de perdonar.Y así llegó a otro descubrimiento fundamental: el amor y sus múltiples expresiones —el cariño, la amistad, el afecto entre padres e hijos— liberan una hormona llamada oxitocina. Esta hormona, que podríamos llamar la "hormona del amor", tiene un enorme poder sanador. Pero aún más transformador fue lo que aprendió después: existen personas que elevan esa oxitocina, que bendicen nuestra vida, que nos renuevan solo con su presencia.Ella las llamó personas llenas del Espíritu Santo. Son esas personas que irradian gozo, paz, paciencia y fe. Que no solo nos escuchan, sino que oran con nosotros. Que celebran nuestras victorias como si fueran propias, que nos levantan en nuestras caídas, que nos animan a acercarnos más a Dios.El mensaje que comparte hoy es claro: necesitamos rodearnos de personas llenas del Espíritu Santo y también aspirar a ser uno de ellos. Porque fuimos creados para vivir en comunidad, para reflejar a Cristo en nuestras relaciones.No es bueno que el ser humano esté solo. Es bueno saber amar y dejarnos amar. Es bueno permitir que el Espíritu Santo transforme nuestras relaciones, que habite en nuestras palabras, que nos haga instrumentos de sanidad.Así comienza este camino, esta invitación: encuentra a las personas llenas del Espíritu Santo... y pídele a Dios que tú también llegues a ser una de ellas.