Un anhelo insaciable
Todos nosotros podemos experimentar momentos de gran alegría porque en su bondad, Dios nos permite degustar en la tierra las alegrías del mundo venidero. Sin embargo, los momentos de alegría, por maravillosos que sean, nunca satisfarán el corazón humano. Lo que anhelamos es un estado permanente de felicidad. Pero eso es inalcanzable aquí.
Entonces, ¿qué debemos hacer? Como viajeros en el desierto, debemos avanzar de una oasis a otro, con la convicción de que Dios tiene una patria preparada para nosotros al final de nuestro viaje.Esta convicción nos permitirá continuar adelante con un dolor en nuestro corazón y un anhelo insaciable en nuestra alma.