
Imponer las manos
1) Trajeron: Esa es tarea tuya y mía, llevar gente a Jesús. Es ir poniendo oportunidad para que la gente que nos rodea se pueda encontrar con Jesús, porque somos mediadores y no obstáculos. Cuando uno entiende eso, le cambia la vida; pero nos encontramos con gente que parece que le gusta que le pongan obstáculos. Es como que necesitan que les digas “no sos digno” o “no podés”, cuando en el fondo Jesús lo que quiere es un encuentro contigo.
2) Reprendieron: Cuánta gente hoy quiere a Jesús, pero no quiere encontrarse con esta Iglesia por una mala experiencia vivida. Por no encontrar una Iglesia que acoja, sino que reprende. Por no encontrar a miembros de la Iglesia cercanos, sino más bien que te mantienen controlado. Por no encontrar cristianos que te hablen del evangelio, sino de rúbricas y, hasta incluso, por curas que en vez de hablarte de Cristo, te hablan de política. Cuando muchos se encuentran con este tipo de Iglesia, más que acogerla, la critican.
3) Dejen: Es por ello que este tiempo que vivimos es la implicancia de que los que estamos dentro de la Iglesia cambiemos el chip, y veamos al hermano dolido y golpeado por la vida, más que estar todo el tiempo organizando asambleas pastorales. Es tarea nuestra hoy pastorear a la asamblea y buscar que puedan volver a encontrar a Cristo resucitado, y marcar una Iglesia que acoja a todos aquellos que tienen sus penas, recordando que Iglesia somos todos. Algo bueno está por venir.