1) Servidor: Cuando se comprende lo que es el servicio, al toque se comprende que no está ligado al poder y mucho menos a las apariciones o pretensiones. Me encanta la frase: “el que entra como papable, sale como cardenal”. Estos días pasados hemos escuchado mucho eso, porque la Iglesia no es un ámbito de poder. El papa Francisco nos remarcó mucho eso y hasta a los curas nos recordaba que no somos “patrones de estancia”. El servicio pasa por hacer el bien y aportar a la vida del otro sin esperar nada a cambio, porque lo que hagas tenés que hacerlo por convicción y no por conveniencia. El hacer las cosas por conveniencia lo único que hace es que siempre estés esperando el crédito o el rédito del otro y cuando ese otro no lo cumple, todo cae.
2) Practican: La felicidad no pasa por lo que hago al otro y mucho menos por lo que me dé el otro, sino más bien por las cosas que hago y con lo que practico en lo que hago. Si hago las cosas para adquirir un beneficio personal a cuestas de otros, puede que esa felicidad esté reducida a lo sentimental; pero si no hago las cosas con convicción y sin esperar del otro, puede que esa felicidad esté unida a mí actitud de vida y a mi cotidiano andar.
3) Contra mí: Es también claro saber que hay gente cercana a uno que puede lastimarte o simplemente difamarte. No falta en el trabajo aquel que ya sabe tu punto débil y cómo hacerte enojar, o no falta ese familiar que se desapareció por tema de herencia o simplemente porque no le gustó cómo una vez le contestaste. Los que hablan de ti hablan más de ellos que de ti, pero no des espacio para que eso te quite la paz. Aprende a conocerte incluso en los conflictos; cuando escuches lo que hablan de ti, entonces más tienes que volver a ti. Algo bueno está por venir.