002_Navidad-La Luz verdadera

002_Navidad-La Luz verdadera

David y Maribel
00:06:00
Link

About this episode

Las luces de Navidad ya están alumbrando las calles. Los espectáculos de luces son preciosos, y te hacen sentir el ambiente navideño. Muchas personas viajan a otras ciudades para disfrutar los diseños y diría que todos en nuestras casas tendremos al menos una tira de luces navideñas para anunciar que nosotros también disfrutamos el espíritu de la Navidad. Y quizás te preguntes, ¿por qué tanto jaleo y tanto gasto en luces? ¿Qué tiene que ver esto con la Navidad? En realidad, las luces de las que he estado hablando, casi nada, pero sí que es cierto que la primera Navidad, Dios usó los luceros del cielo para alumbrar la escena de la natividad. Los magos siguieron la estrella que les llevó al que brillaba por sí solo, porque Él es la luz del mundo.


Este lucero eterno, el protagonista de la Navidad, no apareció en primer lugar en un pesebre en Belén. ¿Has parado a pensar que Jesús es y ha sido desde la eternidad? En el principio de la creación, en Génesis 1:1, cuando Dios creó los cielos y la tierra, Cristo ya era. Fíjate en el lenguaje paralelo de estos dos textos en Juan 1 y Génesis 1.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.” (Juan 1:1-5)

En el principio, Él ya era la luz.

Génesis 1:1 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.”

El que es la luz, dijo “sea la luz”, y la luz fue.

Miles de años después de la creación del universo, la LUZ del mundo vino a la tierra en forma de bebé, naciendo de una virgen, viviendo en este mundo con las dificultades que enfrentan a cada uno aquí en la tierra, pero sin pecado.

Dice Filipenses 2: 6-10

“el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;”

Dios mismo vino en forma humana para morir en nuestro lugar, pagando el precio de nuestra deuda para que podamos salir de las tinieblas y venir a Él, la luz del mundo. Dice el texto que habiendo sido obediente a Dios hasta la muerte, Dios Padre le exaltó hasta lo sumo, victorioso sobre la muerte, y a Él daremos cuenta cada uno de nosotros.

Lo bonito del mensaje de la Navidad es que “la luz de los hombres” en Juan 1 es el mismo que creó la luz en el mundo, y el mismo que hoy está ofreciendo luz que puede disipar cualquier tiniebla en tu vida.

¿Qué tinieblas te atemorizan? ¿Enfermedad? ¿Muerte? ¿Deudas? ¿Vicios? ¿Conflictos? ¿Inquietudes? ¿Sabes que puedes ir a aquel que es la LUZ del mundo? Dice Juan que las tinieblas no prevalecen contra Él. En el principio de la creación de este mundo la luz que Él dió disipó las tinieblas. Así ahora cuando Cristo trae luz a una vida, no hay lugar para tinieblas en el cristiano. Que la luz de Cristo brille de tal forma en tu ser que no haya tinieblas en ningún rincón de tu vida.

Cuando veas las luces navideñas, recuerda al que es la luz del mundo. Disfrutemos estas navidades de la Luz Verdadera dejando que alumbre y traiga sentido a todo nuestro ser.