La Fiesta de los Muertos en la Huasteca Meridional desde la Cosmovisión del Pueblo Nahua

La Fiesta de los Muertos en la Huasteca Meridional desde la Cosmovisión del Pueblo Nahua

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Temática. “La Fiesta de los Muertos en el Norte de Veracruz” El Totonacapan y la Huasteca Meridional Veracruzana son muy afines en su forma tradicional de recordar a sus muertos. Ni’Nin, Xantolo y Mihcailhuitl. Tienen como denominador común. Convivir con los seres queridos, que, al dejar el plano terrenal, y pasar al plano etéreo, permanecen ahí hasta que se les invoca para que estén nuevamente con los seres queridos que aún permanecen vivos. La celebración de Xantolo (Día de Muertos) entre los pueblos indígenas Nahua, Tenek, Otomí, tepehua y Totonaco del Norte de Veracruz, muestra el sincretismo religioso que va más allá de los altares, los adornos de los panteones y la música de huapango. (INI 1973) hoy (INPI 2018) El 7 de noviembre de 2003, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró el Día de Muertos en las comunidades indígenas mexicanas Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Inscrito finalmente del 4 al 8 de noviembre de 2008 en el comité celebrado en Estambul, Turquía (3.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (proclamado originalmente en 2003). En la época prehispánica la muerte era concebida como el inicio del viaje hacia el Mictlán (lugar de los muertos), en el cual el alma del difunto debía atravesar diversos obstáculos hasta llegar con Mictlantecuhtli (señor de los muertos) y Mictecacíhuatl (señora de los muertos). Al llegar con los dioses del Mictlán, se les debía hacer una ofrenda para así conseguir el descanso eterno. La Etnia Tenek o Huasteca, difiere en la forma de expresarlo un poco de la Totonaca y la Nahua, es que sus manifestaciones son más vistosas (usan disfraces compuestos de vestuario y máscaras de madera que tienen un significado místico y son festivas porque realizan evoluciones coreográficas acompañados de música con instrumentos de cuerdas o de viento en algunos casos), sin caer en lo grotesco o en falta de respeto. Es de tomarse en consideración que la festividad en esta parte de Veracruz, no se acota solo a los días en que tradicionalmente en todo México se celebra, o sea el 1 y 2 de noviembre, sino que abarca más tiempo, pues su significado es más profundo, en virtud de que son considerados los ciclos agrícolas que ocurren en la segunda mitad del año, preferentemente en el mes de junio, en que se realiza la siembra del maíz, frijol, ajonjolí, yuca, camote, se cosechan los plátanos y las naranjas, y se riega la semilla para las flores lo que cronológicamente ocurre a partir del 24 de junio (día de San Juan) con las primeras lluvias, y se extrae del árbol del copal su savia que también es primordial.  Todos son elementos que forman parte de las ofrendas, sumados a ellos, los enseres y artículos tales como ollas, comales, copaleros, chichapales, canastas, manteles y servilletas bordadas, que en su conjunto visten y adornan a los altares y arcos, que los nahuas y tenek colocan partiendo del piso y los totonacos los cuelgan de las vigas de las casas. El arco nahua a diferencia de los otros, radica en que su forma es rectangular y muy adornado con flores de diferentes colores, amarillo, rojo, violeta y blanco, se cuelgan pan y frutas, en el totonaco predominan las frutas. El Papel picado, flores de cempasúchil, dulces de chocolate y azúcar, pan de muerto, agua, sal, veladoras, el copal y los alimentos favoritos de sus antepasados, llenan altares en casas con el único objetivo de recordarlos y “recibirlos” en su regreso para compartir con los vivos. Se dice que los cultivos guardan una relación de vida y muerte con los seres humanos, ya que al sembrarse las semillas dan frutos o sea “viven”, así como al engendrarse un ser humano y al nacer “vive”, la naturaleza se encarga de su crecimiento y desarrollo y al término natural de sus ciclos, los cultivos se secan y el ser humano muere, los dos regresan a la madre tierra.