En los campos chilenos, los desafortunados hombres que tienen la costumbre de vagar solos por los caminos polvorientos temen encontrarse con este fatídico ente femenino diabólico. Vestida con un traje de novia negro, un velo que lo arrastra hasta el suelo, imagen cadavérica y pies blancos como la nieve. Este ser aborrece a los varones y recurrentemente asesina sin compasión a algún macho solitario, aunque de vez en cuando necesita el amor de estos para saciar su deseo sexual.