El salmo 49 esta dedicado a la comunidad, y es una reflexión acerca de lo que pasa al morir. En primer lugar, el salmista nos dice que todos algún día moriremos. Justos e injustos, sabios y necios. Pero hay una gran diferencia entre quienes mueren confiando y creyendo en el Señor, y entre quienes mueren sin haber confiado en Dios; sino más bien, habiendo confiado en sus riquezas. El Señor Jesús nos enseñó que no se puede servir a dos señores - debemos elegir a quien vamos a servir; a quien vamos a adorar. Es posible que algunos crean que adoran a Dios, cuando en realidad su dios es el dinero. Solo viven pensando en cómo acumular dinero, y como ganar y ganar más dinero. Pero el dinero no puede comprar mi salvación. El dinero no puede ser quien gobierne mi vida. Tengo que usar el dinero; pero el dinero no puede ser el que controle mi vida. Yo debo entregarle mi vida al Señor, y esperar en su redención. Recuerda esto: cuando mueras, no te podrás llevar nada. No te podrás llevar ninguna posesión ni tampoco tu dinero. Más bien usa el dinero para bendecir a otros, y para honrar a Dios. Que el Señor te bendiga.