El Salmo 107 contiene 4 ejemplos muy interesantes, de cómo el Señor nos puede rescatar de diferentes peligros y situaciones difíciles que nos pueden suceder en la vida. El Salmista nos invita a que si hemos sido rescatados por el Señor, si Él ha intervenido y ha contestado a nuestra súplica de auxilio y ayuda, a que testifiquemos públicamente, y les contemos a otros sobre la grandeza y la misericordia del Señor. Ya sea que estemos perdidos en el desierto, o cautivos en una cárcel, o enfermos y al borde de la muerte, o en medio de una tormenta en medio del mar; no importa cuál sea el peligro o la dificultad, si clamamos al Señor, Él tiene el poder para rescatarnos. Ahora, los peligros mencionados en este salmo, están de acuerdo a esos tiempos. Las personas podían viajar en carabanas, recorriendo grandes distancias; o viajar en barcos, largas distancias. Quizás los medios de transporte han cambiado. Pero los peligros siguen existiendo. Muchos comienzan un viaje, y lamentablemente después no llegan a su destino. Tenemos que aprender a clamar. ¡Socorro! ¡Señor, ten compasión de mí! Y el Señor nos va a responder, y nos va a auxiliar. Pero cuando lo haga, no te olvides de ir a la iglesia, y agradece públicamente, delante de todos, lo que Dios ha hecho por ti. Que el Señor te bendiga.