El Salmo 106 se dedica a repasar todas las veces que Israel le falló a Dios. Son 10 ocasiones, las que se mencionan, en que el pueblo pecó contra Dios:
1) Junto al mar rojo
2) Deseo desordenado - cuando pidieron carne
3) Envidia de Moisés y Aarón - el santo - la rebelión de Coré, Datan y Abiram
4) Becerro de Oro en el Monte Sinaí
5) Aborrecieron la tierra deseable (cuando el pueblo dijo que era imposible conquistar la Tierra Prometida) y se pusieron a murmurar dentro de sus carpas.
6) Se unieron a Baal - Peor, y comieron lo sacrificado a los ídolos en las llanuras de Moab
7) En las aguas de Meriba
8) No destruyeron a las naciones de Canaan, sino que se mezclaron con ellas.
9) Adoraron a los demonios, a los ídolos.
10) Contaminaron la tierra, derramando sangre inocente.
Al ver esta lista, uno podría pensar: ¿Pero cómo es posible que Dios haya podido salvar a este pueblo tan rebelde? Pero si miramos con cuidado a nuestro corazón, nos daremos cuenta de que nosotros no somos tan distintos de ellos. ¿Cuántas veces no nos ha faltado la fe? ¿Cuántas veces no le hemos fallado a Dios? ¿Cuántas veces no hemos murmurado en su contra? Por eso el Salmista comienza pidiendo perdón a Dios. Todos le hemos fallado a Dios. Pero Dios es fiel. Cada vez que clamamos, Él nos escucha. Alabado sea el Señor por su amor, por su paciencia y por su fidelidad. Alabado sea el Señor.