El adulterio ha destruído incontables hogares. Todos sufren cuando hay una infidelidad. Los hijos, la familia, todo el círculo cercano; sin embargo, quien más va a sufrir es el responsable directo (sea el esposo o la esposa). Salomón nos dice que esa persona, tarde o temprano, lo va a lamentar. Va a gemir de dolor. Hay consecuencias físicas; y hay consecuencias económicas. Su vida se va a destruir. La mujer infiel, puede ser muy seductora, puede parecer muy dulce en sus palabras; pero es un veneno. Al final, siempre va a morder. Por eso el consejo es: disfruta con la mujer de tu juventd. Que sus caricias, que su amor, sea el que te llene de satisfacción siempre. No busques placer en otra parte. Todo lo demás te llevará a la ruina. Dios creó el matrimonio para que sea una bendición. Para que seas renovado a través de él. No creas que vas a ser feliz con otra persona. No creas que otra persona te va a amar más que la esposa o el esposo de tu juventud. Todo puede ser una simple ilusión. Presta atención a los consejos de la Palabra de Dios. Se sabio. Se discreto. Se prudente. Que el Señor te bendiga.