A todos nos ha pasado que mezclamos algo que conocemos de la Palabra de Dios con nuestras ideas, conceptos, creencias e interpretaciones personales que suelen estar muy influidas por los acontecimientos que vivimos a diario. Cuando de manera consciente o inconsciente sacamos a Dios y sus promesas de nuestros pensamientos y de nuestros razonamientos, podemos terminar como aquellos dos que iban camino a Emaús, cabizbajos y tristes habiendo perdido la esperanza y a punto de perder también la fe. Jesús les sale al encuentro y les da a ellos y a nosotros una lección magistral abriendo las Escrituras y mostrando en ellas toda la verdad acerca de sí mismo. Admiremos hoy al Maestro buscándole y viéndole en cada página de la Sagrada Escritura. Lucas 24:13-35.