Gabriel Celaya dedicó su obra al compromiso, a la defensa de la libertad y a la palabra poética desde diversas perspectivas.
Es el exponente máximo de una escritura alimentada de los sueños, las inquietudes, los avatares cotidianos y la preocupación civil del hombre radicado en su tiempo histórico, en un camino que se dirige desde una andadura existencial y social del hombre y la realidad de su entorno y Naturaleza.
Su formación como ingeniero industrial deja traslucir un pensamiento profundo con un lenguaje sencillo y que debe llevar a la acción. De ahí los números y fórmulas simbólicas, como el del título, 'Tau-1', un recurso más de esa 'Poesía como arma cargada de futuro'.