Rima IV de Gustavo Adolfo Becquer en la voz de Edgar Augusto Loaiza Arteaga, El Poeta del Amor.
05 February 2022

Rima IV de Gustavo Adolfo Becquer en la voz de Edgar Augusto Loaiza Arteaga, El Poeta del Amor.

Poemas sublimes del alma. El poeta del amor.

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Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en 1836. Su nombre original era Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, pero el poeta adoptó el segundo apellido paterno, Bécquer (originalmente un nombre flamenco, Becker). Su padre fue un estimable pintor sevillano cuyos antecesores habían emigrado a España en el siglo XVI. El hermano del poeta llegó a ser un reconocido pintor y realizó el retrato más conocido de Gustavo Adolfo.


En 1846 se murió el padre de Bécquer y se ingresó a su hijo en un internado para huérfanos de familias nobles sin recursos económicos. Inició estudios de Náutica que no prosiguió. Durante este período compuso con su amigo Narciso Campillo un drama y una novela. En 1847 se murió la madre de Bécquer y él se fue a vivir con su madrina, quien tenía una biblioteca copiosa de la cual disfrutaba el futuro poeta.


Bécquer se hizo aprendiz de un pintor en 1850 y dos años después continuó sus estudios de pintura en el taller de su tío Joaquín. A los 18 años, en 1854, Bécquer dejó sus estudios de pintura y se trasladó a Madrid. Allí, en 1855, dedicó un poema a una gran figura de la Ilustración española: "A Quintana"; también terminó una fantasía, "Corona de oro." En 1856 escribió con su amigo García Luna una comedia, La novia y el pantalón. El año después terminó la primera entrega de su Historia de los Templos de España y con García Luna escribió la zarzuela La venta encantada (esta última obra la firmó Bécquer con el seudónimo Adolfo García). A los 21 años se enfermó de tuberculosis; no recobraría nunca por completo la salud.


En 1859 Bécquer terminó un sainete, Las distracciones. El año después se estrenaron Tal para cual y La cruz del valle, y se publicaron algunas de sus "Rimas." También en 1860 Bécquer comenzó a publicar en El contemporáneo las Cartas literarias a una mujer, dedicadas a otra mujer que no le correspondía. En 1861 Bécquer se casó con Casta Esteban, con quien tuvo dos hijos. Las fracasadas experiencias amorosas del poeta--parece que el matrimonio le proporcionó poca felicidad--le llevaron a escribir algunos de sus versos mas apasionados y hermosos. Las Rimas pueden leerse como la historia de un amor fracasado, desde su inicio hasta el momento en que la arrebatada pasión se convierte en el duro dolor de haber amado.


Para Bécquer, el poema era un vehículo mediante el cual se intentaba comunicar una belleza inefable e ideal, como indican sus versos famosísimos "Puede no haber poetas, pero siempre / habrá poesía." La musicalidad y aparente sencillez formal de sus versos radican en el interés que tenía Bécquer en la nueva lírica alemana, sobre todo en la de Heine, cuya obra había sido traducida al español por dos amigos de Bécquer, Augusto Ferrán y Eulogio Florentino Sanz. El lirismo intimista y la síntesis de métrica y contenido afectivo que se observan en la poesía de Bécquer son una herencia directa de su lectura de Heine. Bécquer rechazó todo artificio retórico, porque quería que la forma de sus versos naciera de su contenido, y que la inspiración y la razón se encadenaran en ellos. Para Bécquer, el poema representaba "la memoria viva" del sentido: "escribo como quien copia de una página ya escrita; dibujo, como el pintor que reproduce el paisaje que se dilata ante sus ojos y se pierde entre la bruma de los horizontes."