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En esta prédica se presenta una enseñanza clara sobre la realidad espiritual de la opresión demoníaca y la importancia de permanecer firmes en la fe:
Jesús advirtió que cuando un espíritu maligno es expulsado, puede regresar con otros peores si la “casa” queda vacía (Mateo 12:43-45). La liberación debe ir acompañada de transformación y perseverancia.
Los demonios se caracterizan por ser mentirosos, engañosos y pacientes. Pueden disfrazarse como algo atractivo o incluso “bueno”, con el propósito de controlar y destruir la vida de las personas.
Existen prácticas que abren puertas al mundo espiritual negativo: ocultismo, brujería, consulta a muertos, yoga, horóscopos, objetos de superstición, música o películas que exaltan el pecado, entre otros. Estas prácticas otorgan derecho legal a los demonios para regresar.
La mente es el campo de batalla principal. Pensamientos de duda, temor, obsesiones, resentimiento o incredulidad pueden convertirse en fortalezas que el enemigo utiliza para debilitarnos.
Los pecados sexuales, el derramamiento de sangre, las palabras de autodestrucción y las ataduras emocionales también se convierten en puertas abiertas.
La manera de levantar defensas es mantener hábitos espirituales sólidos: oración, lectura de la Palabra, adoración, congregarse y vivir sometidos a un proceso de formación cristiana.
Este mensaje advierte sobre la estrategia del enemigo, pero también muestra cómo Dios nos da armas para vivir en libertad y permanecer firmes.
Jesús advirtió que cuando un espíritu maligno es expulsado, puede regresar con otros peores si la “casa” queda vacía (Mateo 12:43-45). La liberación debe ir acompañada de transformación y perseverancia.
Los demonios se caracterizan por ser mentirosos, engañosos y pacientes. Pueden disfrazarse como algo atractivo o incluso “bueno”, con el propósito de controlar y destruir la vida de las personas.
Existen prácticas que abren puertas al mundo espiritual negativo: ocultismo, brujería, consulta a muertos, yoga, horóscopos, objetos de superstición, música o películas que exaltan el pecado, entre otros. Estas prácticas otorgan derecho legal a los demonios para regresar.
La mente es el campo de batalla principal. Pensamientos de duda, temor, obsesiones, resentimiento o incredulidad pueden convertirse en fortalezas que el enemigo utiliza para debilitarnos.
Los pecados sexuales, el derramamiento de sangre, las palabras de autodestrucción y las ataduras emocionales también se convierten en puertas abiertas.
La manera de levantar defensas es mantener hábitos espirituales sólidos: oración, lectura de la Palabra, adoración, congregarse y vivir sometidos a un proceso de formación cristiana.
Este mensaje advierte sobre la estrategia del enemigo, pero también muestra cómo Dios nos da armas para vivir en libertad y permanecer firmes.