Así Habló Zaratustra De Frederic Nietzche 3h05

Así Habló Zaratustra De Frederic Nietzche 3h05

FREDERIC NIETZCHE
03:05:55

About this episode

De qué se trataLa gran prédica del filósofo y poeta

“Dios está muerto”. Con esta frase, Nietzsche despojó al hombre moderno de la ilusión de la existencia de un ser superior que le da sentido al mundo. Ahora, el sentido debe crearlo el hombre por sí mismo. Si bien Nietzsche había coqueteado durante mucho tiempo con el nihilismo, es decir, con la idea de que no es posible ni necesario encontrar el sentido de la vida, en Así habló Zaratustra presenta por primera vez una obra capaz de brindar una orientación integral. Nietzche hace que el ermitaño Zaratustra (llamado así por un profeta persa) descienda de su montaña para anunciar sus enseñanzas a los hombres. Y transmite órdenes claras: no creas sin cuestionar, piensa por ti mismo, encuentra tu propio camino, no me sigas. En el centro está la idea del superhombre, al que todos pueden usar como referencia para superar la mediocridad, la credulidad y la moral barata, para crecer sobre la propia sombra, crear nuevos valores e, incluso, un nuevo mundo. El superhombre reemplaza a Dios en el objetivo de los esfuerzos humanos. Las palabras de Zaratustra son, por lo general, aforismos hímnicos, con formas expresivas, líricas. Aborda muchos temas relativos al sujeto moderno: el Estado, el matrimonio y la amistad, entre otros aspectos. El texto es, al mismo tiempo, poesía y filosofía. En la actualidad, es considerada la obra maestra de Nietzsche, en la que sus ideas alcanzan su momento cúlmine, aunque también se considera como el ocaso del filósofo, que más tarde perdería sus facultades mentales.

Ideas fundamentales

    Así habló Zaratustra es la obra más famosa del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.

    Por su forma aforística, plástica y lírica, se trata de una obra para la filosofía moderna.

    El ermitaño Zaratustra desciende de su montaña después de muchos años de soledad, para compartir su sabiduría con las personas.

    Experto en el lenguaje, Zaratustra canta y escribe pequeños poemas sobre los diferentes aspectos de la vida, transmitiendo así la filosofía de Nietzsche.

    Esta filosofía se construye sobre la idea de que Dios está muerto e intenta dar un sentido a la vida desde la religión y la metafísica.

    El superhombre ha de reemplazar a Dios y servir al hombre como modelo, para permitirle crecer por encima de su mediocridad.

    Para ello cuenta con la ayuda de la voluntad de poder: quien piensa y crea algo nuevo es poderoso y puede transformar el mundo. Se trata de superar lo viejo.

    Todo lo que ya ha sucedido ha sucedido infinidad de veces y volverá a suceder. Por eso, el hombre debe amar y afirmar la vida.

    Con Zaratustra, Nietzsche postula la esperanza para la humanidad.

    Nietzsche tocó el centro del Zeitgeist, es decir, el espíritu de la época.

    Zaratustra tuvo un efecto especialmente importante en la literatura, la música y las artes plásticas, aunque no así en la filosofía.

    La construcción fragmentaria abre la posibilidad de múltiples lecturas de la obra. Algunas de las ideas de Nietzsche fueron tomadas por ideologías extremistas, tales como el nacionalsocialismo.

ResumenAsí habló Zaratustra

Zaratustra es un ermitaño que, tras muchos años de soledad y reflexión en solitario, abandona la montaña en la que vive para compartir con su sabiduría con la gente. En su camino, se topa con un sabio que encontró la felicidad con Dios en la soledad del bosque. Zaratustra se aleja rápidamente de él y se pregunta si el anciano no se ha dado cuenta de que Dios está muerto.

“Pero, como Zaratustra estaba solo, le habló a su corazón: ‘¡Cómo puede ser posible! ¡Este viejo santo no ha escuchado en su bosque que Dios está muerto”!

Al llegar a la ciudad, Zaratustra habla con la muchedumbre que se ha reunido en la plaza del mercado: “Les enseñaré sobre el superhombre”, propone. Para crearlo, el hombre actual, y por tanto, todo lo que existe, debe sucumbir. Es necesario superar la felicidad, la razón y la virtud.

“Hay muchos enfermos entre quienes escriben y veneran a Dios. Violentamente odian a los conocedores y a la más joven de las virtudes, llamada, probidad””.

Zaratustra considera que el conformismo es la mayor carga para la humanidad y un signo de mediocridad. Pero también la creencia en algo divino, es decir, en algo que está por encima de lo terrenal, no es más que un error. El superhombre descartaría todas estas cosas y, de este modo, alcanzaría un estado más elevado, poderoso.

“De todo lo escrito solo amo lo que uno escribe con su propia sangre. Escribe con sangre y sabrás que la sangre es espíritu””.

La masa se burla de Zaratustra. Éste, entonces, ofrece otra opción frente al superhombre: el “último hombre”, un ser sin pretensiones, dócil, carente de deseos, que vive su vida cómoda y mediocre, y piensa que es feliz. Y, además, este último hombre cree haber inventado su felicidad. Si él se impusiera, no habría ni ricos ni pobres, todos los hombres serían iguales, se pondrían a un lado todas las dificultades y solo se trabajaría por placer. Este tipo de hombre haría que la excelencia despareciera y no se dedicaría a crear.

“Llamo Estado al lugar donde todos beben veneno, los buenos y los malos. El Estado es el lugar donde todos se pierden a sí mismos, los buenos y los malos. El Estado es el lugar donde el suicidio lento de todos se llama ‘vida’””.

La muchedumbre grita entusiasmada: “¡Danos a este último hombre!” No necesita al superhombre. Zaratustra comprende que no puede hablar con la muchedumbre y que, para transmitir sus ideas, necesita de compañeros pensantes, es decir, aquellos que estén dispuestos a encontrarse a sí mismos.